Alessandro Serenelli (1882-1970), arrastrado por la pasión, intentó varias veces seducir a María Goretti, que todavía no tenía 12 años. Ante su resistencia de ser violada, la apuñaló 14 veces.
No mostró ningún arrepentimiento cuando le visitó el obispo. Pero unos días después pidió hablar con el obispo: había soñado con Marietta, su víctima, que llevaba 14 lirios (tantos como puñaladas) y le sonreía resplandeciente…
La certeza del perdón de Marietta y sus últimas palabras "¡Lo quiero conmigo en el paraíso!”, lo transformó y convirtió...
La Navidad de 1934 visitó a Assunta, la madre de Marietta. Ella le dijo que ya le había perdonado. "…Perdonen, y se les perdonará” (Lucas 6, 37).
Fueron juntos a la Misa de Navidad. Se mantuvieron siempre en contacto. Juntos vieron a santa María Goretti canonizada en 1950. Estuvo junto a Assunta cuando ella murió.
Su testamento espiritual resumido: Soy un viejo de casi 80 años, pronto voy a terminar mis días. Echando una mirada al pasado, reconozco que en mi primera juventud recorrí un sendero falso, la vía del mal que me condujo a la ruina. Veía todo a través de la prensa, los espectáculos y los malos ejemplos que siguen la mayoría de los jóvenes sin siquiera pensarlo. Y yo hice lo mismo. No me preocupaba...
A los 20 años cometí el delito pasional del que hoy me horrorizo con sólo recordarlo.
María Goretti, ahora santa, fue el ángel bueno que la Providencia había puesto ante mis pasos para guiarme y salvarme. Todavía tengo grabadas en mi corazón sus palabras de compasión y de perdón. Rezó por mí e intercedió por su asesino.
Siguieron treinta años de prisión. Si no hubiera sido menor de edad, hubiera estado condenado a cadena perpetua…
La pequeña María fue verdaderamente mi luz, mi protectora; con su ayuda, me porté bien en mis 27 años de cárcel...
Los Hermanos Capuchinos de las Marcas, me acogieron con caridad seráfica en su monasterio no como un siervo, sino como un hermano y con ellos convivo desde hace 24 años.
Ahora espero sereno el momento de ser admitido en la visión de Dios, de abrazar a mis seres queridos de nuevo, y de estar junto a mi ángel protectora y su madre, Assunta.
Los que lean esta carta, ojalá que quieran seguir la feliz enseñanza de huir del mal y seguir el bien siempre.
Pienso que la religión con sus preceptos no es una cosa que se pueda menospreciar, sino que es el verdadero consuelo, el único camino seguro en toda circunstancia, hasta las más dolorosas de la vida. ¡Paz y bien!
FM Plaza 92.1
Pueden escuchar los micros del padre Sayu,"Con Jesús y María mi vida es feliz”, lunes, miércoles y viernes a las 22, por FM Plaza 92.1. Correo: [email protected]