FAMILIA MÚLTIPLE

Felices los siete

Victoria (25) y Nicolás (36) tenían dos hijos y esperaban mellizos. Al momento del parto se encontraron con que los bebés eran tres. Con Noah, Teo y Milo en casa, todo se triplica.

Por Redacción Pilar a Diario 19 de noviembre de 2017 - 00:00

Los trillizos Aldeco cumplen un mes el 24 de noviembre y, ya instalados en su casa de La Lonja, están revolucionando a toda la familia, que todavía no sale de su sorpresa. El caso de Victoria Czajkowski (25) y Nicolás Aldeco (36), tomó conocimiento público porque, a pesar de que en las ecografías aparecían dos bebés, finalmente, al momento del parto hizo su aparición un tercero (Teo), al que hoy, con humor, llaman “el escondido”.
A más de veinte días del nacimiento, Victoria y Nicolás están empezando a acostumbrarse a tener que hacer todas las tareas que suelen llevarse a cabo cuando se tiene un bebé, pero por tres. Así recibieron a El Diario, apenas llegados del primer control médico de los bebés. La madre, ya canchera, toma a dos bebés, los entra y pone en el cochecito, y vuelve a salir al auto para buscar al tercero. Es que, claro, las manos no dan para trillizos.

-¿Cómo fue la primera reacción al momento de la sorpresa de que eran tres y no dos?
Victoria: Y, ya fue un shock enterarnos que iban a ser dos, así que cuando apareció el tercero fue todavía mayor la sorpresa. Me acuerdo que estaba en la sala de partos, medio ida por la anestesia y demás. Nacen los dos primeros (Noah y Milo) y veo que los parteros se miran y ponen una cara medio rara. Como nunca me había hecho cesárea (Victoria es mamá de otros dos nenes), se me pasó cualquier cosa por la cabeza, que podía tener una hemorragia o que algo estaba mal, pero ni por casualidad pensé que se trataba de que iba a tener un tercer bebé. Cuando me dijeron “mamá, hay un tercer bebé”, no lo pude creer, pensé que era un chiste.
-Nicolás: Cuando supe que iba a tener mellizos lo primero que se me vino a la mente fue que iba a tener que trabajar mucho más para poder mantenerlos. Pero bueno, llegó el momento del parto y recuerdo que estaba afuera esperando y adelante mío había una señora a la que se acercó una enfermera y la felicitó porque había nacido su nieto. De repente escucho que la enfermera le cuenta: “en la misma sala de partos que tu hija hay una mujer que esperaba mellizos pero nacieron trillizos”. En ese momento para mis adentros dije “que no sea Vicky”, pero a los 10 minutos me enteré que sí, era Vicky.

A los padres se los nota muy relajados, ya habiendo asimilado la revolución que significa tener, de repente, cinco hijos que cuidar, criar y mantener. Además de los trillizos, tienen a Dante, de 7 años, y a Briana de 2. Así que parece que ahora sí decidieron cerrar la fábrica.

-¿Se están arreglando solos o los ayuda alguien?
- V: Una como mamá hace todo más rápido. Es un trabajo extra pero te vas acostumbrando y le vas agarrando la mano. Los primeros días cuando por la madrugada se largaban a llorar, él (cuenta señalando a su marido) agarraba a uno y yo a los otros dos y los hacíamos dormir. Ahora lo que hago es ponerlos a los tres en su camita, darles una mamadera, porque no puedo darles de mamar a los tres juntos, y una vez que ya comieron, uno por uno los hago hacer provechito y otra vez a dormir a la cama. Es cierto que cuesta un poco más, e imagino que cuando empiecen a gatear será más complicado pero por ahora nos estamos arreglando bien.

- Y los hermanitos, ¿cómo tomaron la llegada de los trillizos?
- V: El más grande está chocho porque tiene tres compañeritos más para jugar y Briana los besa todo el tiempo, pero se nota que está un poco celosa y quiere llamar la atención, lo cual es razonable porque tiene menos de dos años, ella también es muy chiquita. Pero lo único que queremos hacer ahora es disfrutar de los cinco, de verlos crecer.

-En el Meisner también debe haber sido una sorpresa su caso, ¿no?
- V: Sí, en el hospital se habló mucho. Sé que hace 13 años hubo un caso similar, pero los bebés nacieron con menos de un kilo y mis hijos pesaron más de dos kilos cada uno y fue un embarazo de 36 semanas, algo que no es muy normal en embarazos múltiples. Y además de ese caso, también nacieron trillizos, una nena y dos nenes, pero los dos varoncitos no sobrevivieron.
-Más allá del esfuerzo físico, debe ser un esfuerzo económico muy importante…
- N: Y sí, yo trabajo en mantenimiento eléctrico y cuando me enteré que Vicky estaba embarazada pensé que iba a tener que trabajar un poco más; cuando se hizo la ecografía y nos dijeron que eran mellizos dije, “bueno, voy a tener que trabajar más todavía” y ni hablar cuando me enteré que eran tres. Ahí empezaron a surgir un montón de cuestiones relativas a la educación y demás. Porque, por ejemplo, mi hijo va a una escuela privada por el tema de los paros en la escuela pública y eso, pero con los cinco chicos no voy a poder hacer eso.

-¿Alguien les ofreció ayuda?
- N: Sí, familiares y amigos nos donaron pañales y ropa.
- V: Además el club en el que juega Dante al rugby (Los Pinos), los becó a los trillizos de por vida.

-Fue un caso muy resonante, ¿alguna autoridad se acercó?
- V: No, de hecho nos preguntaron sí del Municipio alguien se había acercado para conocer a los bebés pero la verdad es que no. Y tampoco nos interesa ir a pedir ayuda, quizás debería salir de ellos, pero nosotros no tenemos intenciones de ir a reclamar nada. 

 

 

HERMANO MAYOR. Dante (7),  con uno de los trillizos. 
 

 


Reconocimiento al Meisner 

Tanto Nicolás como Victoria coincidieron al apuntar que “más allá de que siempre terminan saliendo a la luz las cosas malas que pasan, la realidad es que en el Meisner nos atendieron de diez”. “Los tres partos los tuve en el hospital y no tengo nada malo que decir de cómo nos trataron y cómo salió todo, la verdad es que una como madre también tiene que asumir algunas responsabilidades de cómo se cuida durante y después del embarazo, y no solo reclamar a la gente del hospital que hace lo que puede con los insumos que tiene”, destacó la madre de los trillizos


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