En un mes se cumplirá un año de la conformación del Consejo Municipal de la Mujer, una herramienta interdisciplinaria pensada para reducir los casos de violencia de género.
El cuerpo dependiente de la Secretaría de Educación y cuya titular es la excomisario Mónica Gatica, se encuentra actualmente trabajando en la conformación de una red de ayuda para que a partir de los testimonios de mujeres que vienen trabajando desde hace varios meses con los profesionales, comiencen con la etapa de divulgación para lograr un efecto multiplicador en la sociedad.
“Pueden participar todas las mujeres de Pilar para ir conformando esta gran red. Las mujeres no valoramos este gran poder que tenemos nosotras, el ir acompañando, solidarizándonos con el otro”, señaló Gatica.
De esta manera, la batalla que han entablado contra el desconocimiento de los derechos vulnerados de las mujeres, busca romper con ciertos estereotipos que, según Gatica, “culturalmente como que están naturalizados”.
La falta de información es quizás el primero de los obstáculos que en esta etapa se busca minimizar, ofreciendo asistencia desde su espacio en Ituzaingó 535, Pilar o vía telefónica de lunes a viernes a través del 0230 4669200, interno 9486.
Sin embargo, y basada en casos que llegan al ente municipal, en varios casos las mujeres poseen el bagaje cultural y la información de sus derechos, pero que ven amenazados por la falta de autoestima.
Para revertir la situación desfavorable, se busca lograr empatía con otras que han sufrido maltratos y que ofician de agentes multiplicadores.
“Al compararse con otras, con pares, se van dando fortalezas para esos cambios, para participar, para atreverse a hacer cosas”, aclaró Gatica que, tomando el caso de una joven que en las últimas semanas denunció a su expareja por agresiones, señaló que lo que se brinda en cada caso son estrategias para que las mujeres puedan resolver el problema.
“Trabajamos coordinadamente con distintas áreas del Municipio y esto es lo que va a ir fortaleciendo a las mujeres con estas nuevas prácticas y no exponerse a situaciones de violencia”, contó.
Por último, la mujer señaló que durante el primer año de funcionamiento se hizo difícil que las mujeres se acercaran para buscar una solución a su drama e hizo un balance: “A las mujeres les cuesta mucho participar. No se atreven, tienen miedo, están inseguras, no se valoran, tienen la autoestima un poco baja”.