Gabriel Schmitt Cordero tiene 3 años. A los 3 meses de vida se le detectó un problema de desarrollo en la audición. Si bien está utilizando audífonos desde los 7 meses, debe cambiarlos por unos de mayor complejidad que cuestan $50 mil.
Con la ayuda de la Fundación Educativa Luces, de vasta experiencia en materia de proyectos solidarios, se impusieron la misión de alcanzar los 18 mil kilos de tapitas de plástico para que Gabi pueda comenzar el jardín con el nuevo aparato, lo que le facilitará desarrollar mejor tanto la audición como el habla.
“Pensábamos cambiárselo en 3 años recién pero nos dieron la noticia que como necesita hablar más, tiene que tener otros audífonos con más intensidad”, señaló su madre, Magalí Cordero a El Diario.
La campaña comenzó hace más de una semana con la colaboración de los alumnos del colegio Almirante Brown, que continuará con la colecta luego del receso de vacaciones de invierno, en su edificio de Sanguinetti y José Hernández. Mientras tanto, se han dispuesto dos kioscos para acercar la colaboración, uno ubicado en la calle Tratado del Pilar, frente al Instituto Madre del Divino Pastor, y el otro situado en la esquina de San Martín y Fermín Gamboa.
En apenas una semana de colecta la familia de Gabi ya lleva juntadas 10 bolsas de residuos repletas de tapitas, y para continuar aumentando el número hoy desde la 19 se va a realizar un encuentro en el estacionamiento de Mc Donald’s de ruta 25 y colectora para que, quienes tengan tapitas, puedan acercarlas y ayudar.
La fuerza de convocatoria de las redes sociales también contribuye a que el pequeño pueda tener sus nuevos audífonos lo antes posible. Para esto han creado el grupo abierto de Facebook “Tapitas para Gabi”.
Desde la familia se busca que la cantidad de tapitas necesarias se alcance entre diciembre y enero del próximo año, para que pueda utilizarlo antes del comienzo de clases. “En un kilo entran 600 tapitas. Son muchas, pero sé que con la ayuda de todos vamos a lograr alcanzar el monto que necesitamos”, dijo esperanzada la madre de Gabi.
“Gabi se comunica perfecto, dice palabras sueltas, trata de armar pequeñas frases, pero no a la altura de un nene de 3 años”, comentó su madre, quien detalló que el chiquito tiene un retraso de un año en el habla, por lo que, contando con un nuevo aparato de mayor complejidad, va a poder mejorar aún más rápido el habla y la audición, fundamentales para el desarrollo cognitivo en la edad temprana de socialización del ser. “Le va a servir para que tenga una mejor calidad de vida, que pueda hablar bien”, agregó la mujer.