La idea surgió de los miembros de la familia de Cecilia Moroni quienes, preocupados por la situación de calle de algunas personas que veían habitualmente, pensaron en recolectar abrigo y calzados. El plan fue puesto en marcha hace un mes con éxito, sin embargo, algunas dificultades traban la labor de los voluntarios. A la campaña acaba de sumarse El Diario y FM Plaza, donde se reciben las donaciones.
“Trabajé mucho tiempo en un local frente al hospital y vi muchas veces gente pasar frío y dormir en la calle, entonces este año que yo no estoy trabajando, tomamos la iniciativa”, cuenta Cecilia Moroni.
La propuesta surgió principalmente de sus hijos de 12 y 14 años, quienes en una reunión comenzaron a pensar lo que hace un mes significa de una gran ayuda para aquellos que no poseen techo y durante las noches de frío buscan un refugio.
En un mes, los resultados han sido inesperados tanto por la cantidad de prendas recolectadas y rápidamente distribuidas entre personas necesitadas, como por la respuesta de los beneficiados: “Nos está yendo muy bien y nos encontramos con que la gente se está poniendo muy contenta y hasta con casos en los que hay gente que se sorprende tanto que uno sale llorando, y más de una vez lagrimeamos juntos”, continúa emocionada la vecina, una de los 7 voluntarios fijos.
Familia caritativa
A la idea de dos jóvenes, y el apoyo de sus padres, también se sumó la ayuda de la abuela, madre de Cecilia, quien hace un año sufrió un accidente cardiovascular y hoy es otro de los pilares de la campaña.
“Ella es la que más se encarga de pedirle a sus amigas y la gente conocida, ropa para poder repartir y llevarla con mis hijos o con amigos”, confiesa Cecilia Moroni.
Así se fue formando un grupo de familiares y amigos que persiguen el mismo fin. Lazos que se fueron ampliando con el solo propósito de destinar algo más que tiempo para las personas que duermen en las calles y que sufren en la época invernal.
Pero al ser un grupo sin identificación, en ocasiones se les ha hecho difícil ayudar a quienes más lo necesitan: “Estamos en forma privada. Vimos que de esa manera no tenemos mucho acceso porque las puertas se nos cierran, en el hospital no tenemos órdenes y tenemos que hablar con directivos, no nos dejan pasar”, agrega la mujer, aclarando que son un grupo formado espontáneamente, sin banderías políticas ni nombre, tan solo con el motor de ayudar a la comunidad, que buscan imitar la tarea de las Damas de Rosa o de Cáritas, comandando colectas que apuntan a equiparar la desigualdad social.
Proyectos
Si bien es reciente el nacimiento de la unidad que no posee nombre, aún no disponen de un centro de acopio, por lo que la distribución se realiza ni bien encuentran que ya cuentan con bastante ropa que será de utilidad entre quienes lo necesitan por las noches.
“Yo tengo una casa de familia, y mis amigos tienen en sus casas, todos vamos juntando y cuando tenemos bastante, nos juntamos y lo repartimos”, cuenta. Éste será uno de los objetivos a alcanzar de acá a un tiempo, contar con un “ropero” propio, como lo llaman, para poder centralizar la ayuda. El otro proyecto será el de empezar a confeccionar viandas y ollas populares para hacer llegar comida a los necesitados.
La frase
“Esto se inicio en familia, con la inquietud de mis hijos de 12 y 14 años sobre las bajas temperaturas y la gente que duerme en la calle”. Cecilia Moroni.
Para colaborar
El Diario se suma a la propuesta solidaria
Ante el pedido de un lugar dónde poder reunir la ayuda y para que la gente tenga un centro de recolección del abrigo, El Diario y FM Plaza se hizo eco del pedido, por lo que el medio de Pedro Lagrave 254, abrió sus puertas para sumarse a la colecta que pretende hacerle frente al frío. Mientras tanto, mañana a las 14 los voluntarios estarán recibiendo calzado y abrigos en la plaza Luis Saglietti de Villa Morra.
“Vamos a juntarnos y a estar esperando donaciones o a todas aquellas personas que se puedan acercar a preguntar o a acompañarnos”, comenta Cecilia, deseando sumar más voluntarios para poder contar con ayuda de lugares donde los actuales no llegan, al igual que los puntos de distribución, ya que fijos son 7 en total.
Últimamente han encontrado otra dificultad: las grandes cantidades de prendas recibidas han dañado su lavarropas, por lo que también están necesitando de dicho artefacto para poder lavar la ropa y entregarla a necesitados.