Highland Park, una “ciudad” que cumple 65 años

Nació en 1948 con un puñado de familias. Hoy cuenta con todos los servicios y una multitud que puebla sus calles y espacios comunes. Los festejos por el aniversario durarán todo el año.
 

26 de mayo de 2013 - 00:00

 Convertido a esta altura en un histórico entre los clubes de campo de la zona norte y el país, Highland Park celebró ayer sus 65 años de vida. De aquel grupo inicial que soñó con un espacio para el descanso a esta urbe han pasado muchas cosas, siempre con la vida tranquila y el esparcimiento como premisas.

Todo comenzó en 1945, a partir de la iniciativa de un grupo socios de Tortugas (decano de los countries) que salían a cabalgar y se enamoraron de esas tierras altas. Decididos, las compraron y comenzó el loteo, por lo que Highland comenzó a funcionar oficialmente tres años más tarde, un 25 de mayo de 1948.

El lugar nació como un club hípico, tanto es así que donde hoy están el mástil y la proveeduría se hallaba la pista de salto original. En esos tiempos hasta había un molino y el sitio era literalmente un campo, donde algunos socios se divertían jugando al polo en bicicleta.

En aquellas épocas y durante años la gente llegaba el sábado a la mañana en tren hasta Del Viso, y luego una chata tirada a caballos los llevaba al club. El domingo a la tarde se hacía el camino inverso.

 

Crecimiento

“Todo fue llegando de a poco: primero la energía eléctrica, después los teléfonos (década de 1970), cuando la Cooperativa TelViso se inicia con los socios de Highland”, recordó en diálogo con El Diario Jesús Fernández Pelayo, actual presidente del club de campo. “Luego llegaron el gas y el sistema cloacal”, agregó.

Fernández Pelayo llegó en 1968 hasta 1975, luego de esa interrupción volvió para quedarse definitivamente en 1988. El directivo indicó que el lugar “ha evolucionado mucho, el salto fundamental fue cuando se hizo la Panamericana, a mediados de los ‘90. Mucha gente vino a vivir, ya que antes la mayoría venía solamente los fines de semana”.

En este sentido, Highland tiene hoy 680 casas en sus 260 hectáreas, y el 50% de sus socios son familias residentes. “En general los residentes son familias jóvenes, con hijos pequeños. Hay mucha oferta de escuelas en la zona, y la verdad es que el lugar tiene vida propia”, aseguró.

De hecho, ya hay algunos casos de tres generaciones de residentes de Highland, es decir, gente cuyos hijos se casaron y eligieron quedarse allí. “En algunas familias ocurre esto, con abuelos, padres y nietos; y va a seguir pasando con nietos de socios fundadores”, indican los socios.

 

Ciudad

Cuando Fernández Pelayo se refiere a un lugar con vida propia, hace referencia, por ejemplo, “a que tenemos una proveeduría muy amplia de Coto, siendo la primera dentro de un country, inaugurada en 2003. Funciona muy bien y es un servicio imprescindible para los socios. A pesar de que afuera hay muchos hipermercados, la gente está acostumbrada a comprar acá”. Señaló también que “hay cajero automático, un restorán que abre toda la semana y otro del viernes al domingo. Hemos hecho una gran inversión en seguridad, se está terminando la instalación de cámaras modernas. Es una pequeña ciudad”.

Más allá de su característica arboleda, se ubican los espacios dedicados al deporte y el esparcimiento. “Le damos mucha importancia a los chicos y está todo muy bien organizado –aseguró el presidente-. Funcionan una escuela de rock, un coro, está todo armado como para que los chicos tengan varias opciones. También organizamos salidas para que no vivan enclaustrados acá adentro”.

 

En acción

Uno de los fuertes de Highland es su nutrida actividad deportiva. Su campo de golf está conceptuado entre los diez mejores del país; además, cuenta con más de veinte canchas de tenis, un sector hípico con picadero cubierto, siendo el único country argentino que lo tiene, sumando una pista en donde se realizan torneos de primera categoría.

Más allá del siempre convocante fútbol (ya incluye a las mujeres), “chicos y jóvenes juegan al golf, tenis, y hacen actividades hípicas –destacó Fernández Pelayo-. Son escuelas muy concurridas, con 65 o 90 en cada una. En golf han salido tres chicas con gran futuro, una de ellas ha sido seleccionada por tercer año consecutivo para competir en Estados Unidos, y tiene solo 10 años”.

En cuanto a las celebraciones por el 65º aniversario, se hizo un brindis con los socios, torneo de truco y canasta, y se sortearon camisetas de la selección argentina firmadas por todos los jugadores, Messi incluido.

Además, habrá un programa de actividades hasta fin de año, como torneos de golf, hipismo, tenis, actividades especiales infanto-juveniles y encuentro de bandas de rock. En diciembre se hará la entrega de premios.

Luego de la iniciativa de esas familias pioneras, 65 años después, Highland es más que un club de campo.

 

 

Solidaridad
Una mano tendida a Los Cachorros

Una característica que se ha consolidado con los años en Highland es la de tender lazos con la comunidad del barrio Los Cachorros: “En el barrio tenemos un comedor (Hogar Aleluya), dos escuelas, un jardín de infantes y una salita –enumeró Fernández Pelayo-. Todo eso lo manejamos desde acá, los socios y el club colaboran”.

El presidente recordó que “Los Cachorros fue creciendo con Highland, cuando se fundó el club había muy pocas casas”, mencionando entre los hechos más importantes que “hace unos años se hizo un torneo de golf para ayudar a proveer de agua corriente al barrio, organizado junto a la Fundación Stamboulián. Ese día hubo 180 jugadores. Ahora queremos ver si podemos hacer las cloacas, aunque sea más complicado”.

 

 

Algunos números

30 familias inauguraron el club en 1948.

6 mil personas recorren sus calles a diario en la actualidad.

900 vehículos ingresan por día al predio.

2.000 personas ingresan diariamente, en verano se puede duplicar.

1.800 metros cuadrados es la superficie promedio de cada lote.

 

 

 

Seguí leyendo

Dejá tu comentario

Te Puede Interesar