La posibilidad de establecer objetivos de largo plazo, salir a competir al exterior, actualizarse tecnológicamente y dotar de mayor impulso a la actividad emprendedora, fueron algunas de las coincidencias que manifestaron empresarios de distintos sectores, en el marco de un encuentro organizado por la Universidad Austral, del que participaron antiguos alumnos de esa casa de estudios.
Una de las mesas del encuentro denominado “Cambios de escenarios. Nuevos Desafíos” estuvo compuesta por el director general de Laboratorios Bagó, Juan Pablo Bagó; el vicepresidente de Citrícola San Miguel, Gonzalo Tanoira, y el presidente de la agropecuaria Santa Isabel de Luján, Diego Bulgheroni.
En el encuentro, concretado en el campus que la Universidad Austral posee en Pilar, Bagó dijo que a lo largo de la historia argentina “la dirigencia empresaria no ha sabido articular acuerdos con el sector político y sindical para que el país se desarrolle a largo plazo”.
Sostuvo que “en los últimos 70 años de la Argentina, la volatilidad del país generó incertidumbre que hizo que los empresarios tomaran decisiones de corto plazo”.
“Aprovechando la coyuntura los empresarios se aliaban con el gobierno de turno, se salvaban y desincentivaban los proyectos a largo plazo”, dijo el director de Bagó.
A lo que agregó que la dirigencia empresarial “debe salir de su zona de confort y relacionarse con los otros estamentos” de la sociedad.
Responsabilidad
A su turno, Bulgheroni, opinó que los empresarios “no deben ocupar funciones políticas” y en relación a las tareas de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) dijo que en vez de realizar ese tipo de trabajos de asistencia, las empresas deberían volcarse a atender el bienestar de sus propios trabajadores.
En tanto, Gonzalo Tanoira, del grupo Miguens Bemberg, opinó que los empresarios argentinos “tenemos que perder el miedo a salir al exterior”.
Sostuvo que el problema de Argentina es su escala reducida y la tasa de interés que le impide competir con empresas internacionales, entre otras cuestiones.
A modo de ejemplo sostuvo que el grupo Bemberg se desprendió de la empresa cervecera Quilmes porque su competidor, la multinacional AmBev, disponía de bajas tasas y otra escala de mercado.
“Fue un error nuestro no haber salido al exterior en su momento y haber comprado una empresa canadiense del rubro cervecero que estaba en venta”, se lamentó Tanoira.
El dato
El empresario Diego Bulgheroni consideró que el empresariado tiene una crisis de representación porque está dividido en 1.800 cámaras y abogó por la “piramidalización” de su conducción a través de una “representación legítima”.