Usurpado, un club de Derqui vive una situación insólita

Se trata del Unión. Un sector fue ocupado por un maestro de artes marciales que se niega a abandonar la propiedad. Las autoridades de la entidad dicen que no pueden disponer de un sector.

25 de octubre de 2011 - 00:00

 

El supuesto usurpador tomó una parte del club y puso un gimnasio.

 

Una muy inesperada situación atraviesa el Club Social y Deportivo Unión de Presidente Derqui. Es que desde hace varios meses un maestro de karate aparentemente usurpó uno de sus sectores, trajo a vivir a su familia, e inclusive abrió otra salida al exterior para que funcione un gimnasio, y de esta manera seguir dictando clases de su especialidad como la de pesas para musculatura.

Según lo relatado a este medio por el presidente de la entidad, Eduardo Curti, todo comenzó en diciembre de 2010 cuando se venció el contrato del maestro (de apellido Weber) y no quiso renovarlo por un incremento de la cuota mensual.

“Tenía varios alumnos y el aumento era poco, pero igual no quiso firmar por otros dos años; pese a eso le permitimos que siguiera un tiempo más con la mejor onda posible”, recuerda Curti.

Los meses pasaron sin que el Unión percibiera dinero alguno por el usufructo de parte de Weber, hasta que la comisión directiva le sugirió que para saldar la deuda hiciera una suerte de custodia en el salón de fiestas. El hombre aceptó y los sábados o domingos vigilaba entre los asistentes a casamientos, cumpleaños u otros festejos. “Todo iba bien para ambos porque así nos saldaba la deuda por el gimnasio, pero un día nos salió con que quería que le pagáramos por la custodia de algún fin de semana”, agregó el directivo del club de calle Rivadavia. Los directivos se negaron, y eso bastó para un conflicto iniciado con la ocupación de un sector por el presunto deudor, y la intervención de la Justicia por una denuncia penal del Club Unión, primero en la Comisaría 2ª, y luego en la Unidad Funcional de Instrucción Nº 2 de Pilar.

“Pero hace muy poco ocurrió lo peor porque este señor -acotó Curti- literalmente tomó al club como su propia casa y trajo a su mujer e hijo a vivir, y todo esto porque fue muy mal asesorado por un abogado laboral de Derqui”.

Al respecto, un trascendido señaló que el usurpador le habría dicho a Curti: “Quiero 10 mil pesos de contado y me voy”. La negativa fue inmediata y así llegó un tercer capítulo: el hombre instalado en el Unión como vivienda permanente rompió una vieja pared sobre la calle Toro, puso una puerta y en el paredón pintó “Gym” para dar clases nuevamente.

“Primero se colgó para tener electricidad, después rompió esa pared que se puede caer por su antigüedad, el gimnasio no tiene habilitación municipal, y por eso queremos decir que el Unión no se responsabiliza de lo que pueda sucederles a los que vayan a ese gimnasio clandestino”, advirtió el presidente.

Pese a todo eso, ya habría otro perjuicio para el tradicional club: “Con un usurpador no podemos alquilar la única piscina pública de Derqui, tenemos dos ofertas porque la temporada está por comenzar y no adjudicamos porque este sujeto vive cerca de los baños y de la pileta, y no sabemos qué reacción tendría con la gente que quiere nadar y divertirse en verano”.

Pese a todo, los directivos del Unión, y Curti en particular, niegan una situación violenta para expulsarlo, “porque confiamos en la Justicia y esperamos que se expida pronto a favor nuestro porque somos víctimas de la terrible ‘industria del juicio”. 

Seguí leyendo

Dejá tu comentario

Te Puede Interesar