Por una vacante. Los colegios del centro de Pilar son los más demandados.
por Celeste Lafourcade
La historia se repite y cada año con más damnificados, la escasez de vacantes en los colegios públicos y privados de Pilar vuelve a poner en vilo a los padres. Colas en la madrugada, recomendaciones y tenacidad no son suficientes para garantizar un lugar en un aula del distrito. Los colegios privados con subvención estatal son los más complicados: los cupos se cerraron a mitad de año con los hermanos de los alumnos.
Tanto en colegios privados como públicos, la inscripción de los chicos que se inician en el sistema educativo es una odisea que parece estar muy lejos de revertirse.
Por tratarse de la opción más accesible para los padres que buscan mandar a sus hijos a escuelas privadas, los colegios con subvención del Estado -cuyas cuotas alcanzan valores moderados- son las más afectadas por la falta de vacantes.
“Es real que las escuelas están muy colapsadas de matrícula y en las escuelas del centro de Pilar las vacantes son mínimas porque la prioridad la tienen los hermanos”, afirmó Fabiana Princivalle, inspectora del Nivel Primario para el sector privado.
Según la directiva, “la capacidad edilicia de los colegios no aumenta y está establecido que tiene que haber un chico por 1,25 m2”, y según sus precisiones, el panorama no resulta demasiado alentador: para el año próximo sólo está prevista la apertura de un colegio, y de alto target.
Dentro de la órbita privada, los colegios de doble escolaridad no presentan las mismas dificultades, dado que por el valor de sus cuotas y por la gran oferta que existe, difícilmente llegan a completar los cupos.
Prioridades
Teniendo en cuenta la magnitud de la demanda, que supera ampliamente a la oferta y priorizando el bienestar de las familias, los colegios optaron desde hace unos años por darles prioridad a los hermanos de los alumnos que ya concurren a la institución, así como a los hijos de los docentes y auxiliares. Es por esto que los avisos sobre las inscripciones para el año próximo fueron comunicados a los padres apenas finalizado el receso invernal.
“Con la cantidad de alumnos que tenemos, el cupo se completa enseguida con los hermanos”, reconoció Vilma Bracco, vicedirectora del Instituto Modelo de Pilar, reflejando una realidad que se repite entre el resto de los colegios locales de similares características. En el establecimiento cada año se inauguran dos salas de 4, con capacidad para 25 chicos cada una, y en primer grado este cupo se amplía con 10 lugares más.
Dada esta situación, la docente explicó que “abrimos listas de espera por si alguien se da de baja antes de la inscripción o se va durante el año”, aunque indicó que estos casos son excepcionales. “Tenemos chicos que están en 3er. grado y desde el jardín los papás nos vienen pidiendo un lugar”, agregó.
Por su parte, desde el Instituto Nuestra Señora del Pilar la descripción fue coincidente. Allí la escolaridad se abre con primer grado (dos secciones de 30 alumnos cada una) y desde el establecimiento advirtieron que “a mitad de año las madres hacían cola a la noche, con reposeras porque sabían que quedaban pocos lugares”.
Con los mismas prioridades que sus pares, desde el colegio la docente Norma Pintos confirmó que “está toda la matrícula cubierta para el 2010”. Y dado lo inflexible que se presenta el panorama, explicó que ni siquiera se habilitaron listas de espera.
Preocupación
Amables pero contundentes, las respuestas de todos los colegios van más o menos por los mismos carriles. Una versión diplomática del célebre “seguí participando” que termina con la esperanza de los padres de conseguir un lugar, conforme aumentan sus nervios.
En el mes de julio, Carolina Z. recurrió al Instituto Madre del Divino Pastor, para inscribir a su hija de dos años. Sin embargo, ni su condición de ex alumna ni la presencia de tres primos de la nena en el establecimiento fueron garantía.
“Me pidieron que llame en agosto, fui tres veces y por último me dijeron que no, que con los hermanos de los chicos cubrieron las vacantes”, relató la mujer, para agregar que “me pidieron que vuelva en sala de 5, pero yo ya estoy averiguando otras opciones”.
Si de hacer proyecciones se trata, apenas un ligero análisis alcanza para entender que -dado el aumento de la población que desde hace más de una década se da en Pilar año tras año, que no vino acompañado un crecimiento proporcional de establecimientos educativos- el problema de la escasez de vacantes continuará agudizándose.
21
Colegios secundarios nuevos se necesitarían para cubrir la demanda en Pilar, según el gremio docente Suteba.
La situación en los del Estado
Jardines y secundarios, el eterno drama
La situación de los colegios públicos en este sentido presenta más o menos las mismas características. Si bien desde el Estado aún no cuentan con la cantidad de chicos que en Pilar ingresarán al sistema educativo el año próximo, las perspectivas son similares –o peores- que las que se vienen dando.
“La prioridad la tienen los hermanos o hijos del personal”, afirmó Andrea Domenech, jefa Distrital de inspectoras, y añadió que “en marzo del año que viene cada colegio va a ver si la matrícula excede su capacidad y si, llegado el caso de tener alguna aula ociosa, pueden agregar más secciones”. No obstante, aclaró que esta posibilidad es muy poco frecuente en Pilar dado el colapso de alumnos.
En el caso de que no haya vacantes, explicó que el mecanismo de las escuelas es trabajar en red, de modo que las alternativas a la preferencia inicial de los padres sean, en lo posible, dentro del mismo barrio.
Asimismo, señaló que entre las zonas más complicadas por falta de establecimientos educativos se encuentra el barrio Santa Ana de Presidente Derqui, y en cuanto a los niveles, el inicial es el que presenta mayor déficit.
En esta órbita, los jardines comunitarios son los que se alzan como una posibilidad para cubrir la demanda, y en este sentido, ya se dio un paso importante al haberles permitido realizar los trámites necesarios que los habilite a firmar las libretas de la asignación universal por hijo (cuya contraprestación para cobrarla es que los hijos deben estar escolarizados).
El próximo paso en este sentido es generar espacios de capacitación para los docentes, a fin de que estos jardines puedan ser acreditar saberes, algo que hasta el momento no es posible.
En cuanto a la situación de las escuelas secundarias, el secretario general de Suteba, Hugo Cánepa, indicó que evalúa la posibilidad de reiterar el pedido elevado el año pasado –y aún sin respuesta- para la construcción en Pilar de 21 colegios secundarios en los próximos tres años, número calculado en base a la cantidad de matrícula del distrito.