Opinión: Postales de amor y dolor en Mozambique

por Graciela Fleyta*

21 de mayo de 2010 - 00:00

 

Mis queridos hermanos y amigos, ¡Gloria a Dios por poder estar en contacto!

Tengo tantas saudades... quiere decir que los extraño mucho. Ema también.... Mientras esperamos que los trámites de Ema se resuelvan, continuamos trabajando: les cuento que la escuelita va creciendo, tengo 32 niños y más de 15 bebés, así que se imaginan cuánto trabajo, pues algunos no falan (hablan) y entonces hay que lavar colitas con caca y también la ropita, pues no traen otra (es por eso que quiero comprar un fardo de ropa que cuesta u$d 50 para poder vestirlos cuando sea preciso pues, ya llegó el tiempo de frío).

Tengo un nene de 4 años, llamado Salomao (Salomón), es deficiente mental y le tenemos que dar de comer, se hace encima, tiene unos ataques feos de llanto y gritos agudos, lo que nos lleva a orar con todos los nenes para que Salomao sea libre.

Kristian, el niño sordomudo que ya es alumno del año pasado, una nena con Síndrome de Down (Odette), que también es sordomuda y se hace encima, ella tiene 12 años.

Junior, un nene de 3 años que quedó huérfano, pues un minibus se subió a la vereda y le mató a la mamá, además el papá es un bebedor compulsivo, así que gracias a Dios permitió que tomáramos cuenta de su hijo. Se lo cuidamos desde las 7.30 hasta las 17.

Odette, Salomao y Junior no pagan, pues son niños sin recursos. Así como Armandinho, que también es huérfano de mamá. Vito tiene papá, mas lo abandonó antes de que él naciera...

Otras son mujeres solteras con varios niños y que luchan por sobrevivir. Tengo un nene que se llama Evandro, cuyos papás se separaron; la madre tiene otro esposo, entonces tengo que tener mucho cuidado, pues quiere llevarse al niño y a veces ronda la iglesia donde funciona la escuelita con uno o varios jóvenes, y yo tengo miedo que quiera llevárselo (pido oración por esto). Me duele, pues me coloco en su lugar y pienso cómo me sentiría si yo pidiera a mi hijo y me lo negaran....

Así que mientras estoy en la escuela no tengo cabeza para pensar en más nada, tengo que tener las antenas bien paradas. El secretario del barrio me dijo que me acerque al escritorio, ya que tal vez me consiga un espacio donde pueda trabajar con los niños en otras áreas.

Todavía no consigo comprar material para la construcción de la cocina y las dos salas, ya tengo las sábanas, dos mantas y un colchón. Los niños duermen encima de las esteras o alfombras de junco seco.

Tengo una cuna que podría usar en la escuelita, pero no hay lugar donde guardarla. Ya se acabó el carbón, me falta cebolla, caldo y otras cosas para cocinar (el arroz se está acabando, una bolsa de 25 kilos me dura tres semanas).

Tengo unos enanitos negros que ni se les ve del piso, lindos, malolientes, sucios, con moco hasta la pera, mordidos por los mosquitos, con granos infectados por rascarse con las uñas sucias, con tos, etcétera... mas los amo.

Ellos pueden sentir mi amor y me llaman mamá. No saben la sensación que me causa esa cosita llamándome mamá, al mismo tiempo haciéndome ver cuán faltos de amor y cariño están.

Un gran abrazo y muchas gracias por no dejarme sola..... Muchas gracias a cada hermano que nos pone en oración, que ofrenda y se acuerda de nosotros.

Con todo mi imbilu (corazón), su mafundise (misionera), munganuanga (amiga) y macueru (hermana). ¡Ayikuembu iyiku katekiza! (¡Dios los bendiga!).

 

*Es enfermera, oriunda de Presidente Derqui, y vive en Mozambique desde 1997. Este verano, los lectores de El Diario participaron de una exitosa colecta de útiles y juguetes. Se puede colaborar con su obra a través de la cuenta número 504826/5 del Banco Provincia, sucursal 7105, a nombre de Graciela Haydee Fleyta.

 

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