En Pilar, las mujeres manejan mejor que los hombres

Los varones participan del 95% de los accidentes. El sexo débil es más paciente y cumple las reglas de tránsito. Ocho de cada diez víctimas fatales son hombres.

17 de febrero de 2010 - 00:00

El año pasado marcó un récord para Pilar: hubo 49 muertos.

 

 

por Alejandro Benedetti

 

Un estudio del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI) reveló que los hombres al volante son mucho más peligrosos que las mujeres. Y ese análisis les agrega una cuota de “impaciencia y agresividad”.

A resultas, los varones son partícipes del 95 por ciento de accidentes en rutas y arterias citadinas, mientras que el “sexo débil” sólo en el 5 por ciento restante. Y esto se debe a dos cosas clave: las mujeres son más pacientes y por consecuencia cumplen las reglas de tránsito. Esos porcentajes se determinaron en los últimos dos años y en un relevamiento sobre mil choques con saldos leves, medianos y fatales en la Autopista del Sol, -Ramal Pilar y Escobar-.

Claro está que la cifra se ve influida por la mayor cantidad de conductores masculinos que constituyen las tres cuartas partes del total del parque automotor, además de los choferes profesionales que provocan un tercio de todas estas colisiones.

En lo que respecta a Pilar,El Diario llevó una minuciosa estadística de víctimas fatales por accidentes de tránsito durante 2009: fueron 49 en total; hubo 7 más que en 2008. De ellos el 78 por ciento involucró a hombres que conducían, y sólo el 22 correspondió a mujeres. La edad promedio fue de 34 años. Los números de este medio se acercaron mucho a los de CESVI y, en particular, a los de fuentes policiales: 80 por ciento masculinos y 20 por ciento femeninos.

En cuanto a las lesiones provocadas a automovilistas, ellas causan un quinto del total y sólo el 14 por ciento a motociclistas, siempre de acuerdo a los datos de CESVIMED, que funciona dentro de la misma entidad de Parque Industrial. Es más, el análisis considera que “el hombre es arriesgado, no respeta las normas, y generalmente conduce bajo una descarga nerviosa canalizada en el vehículo”.

Además se detalla que “sólo usa los elementos de seguridad por temor a ser controlado o sancionado, pero no por convicción”. En esa orientación, la mujer está muy lejos habida cuenta que “es más respetuosa de las normas de tránsito, no desafía las consignas y, si bien no es afecta a la mecánica, gusta de los automóviles a la par del hombre”.

El estudio determinó clásicas falencias masculinas, tanto en Panamericana como en calles de las localidades del distrito: se “pegan” al paragolpe trasero, tocan reiteradamente la bocina, ya desde lejos hacen guiños de luces para que los dejen pasar, y –lo que genera muchos accidentes- superan a los demás por la mano derecha. Luego está el “acto reflejo” del superado por la derecha que no duda en una persecución para recuperar su “primer lugar”. De ahí a cruzar gestos obscenos e insultos y terminar en un accidente luctuoso sólo hay décimas de segundos. En cambio la mujer no se involucra así y, como máximo, apela a un leve gesto o insulto. Otro dato es que el 80 por ciento de los hombres circula por los carriles más veloces, y apenas el 20 por ciento de mujeres recurre a éstos.

En líneas generales, el estudio del CESVI no estuvo exento de un cuadro sociológico porque se desprende que las mujeres poseen un menor reflejo y habilidad en la conducción de automotores, pero indudablemente asumen muchos menos riesgos, no desafían las normas de tránsito, no compiten con otros conductores, y no usan el vehículo para “descargas nerviosas”. Esas simples cosas hacen que el denominado “sexo débil” apenas protagonice en Pilar un 20 por ciento del total de accidentes de tránsito.

 

 

El cinturón no es cosa de hombres 

El cinturón de seguridad ya se perfila como un caso alarmante para ambos sexos, porque si en la ciudad de Pilar el 90 por ciento de los hombres no lo usan, en las mujeres se constató que ese porcentaje baja al 50 por ciento. Algo parecido ocurre con las luces bajas. En Pilar sólo las usan el 30 por ciento de los conductores masculinos y el 40 de mujeres. Otro tema son los vidrios polarizados, -prohibidos desde hace una década-, ya que el 90 por ciento de los autos con visión reducida al frente o laterales corresponde a hombres. El único porcentaje que acerca a los dos sexos se da exclusivamente con el uso del teléfono celular mientras se maneja: 55 por ciento para los hombres y 45 por ciento para ellas.  

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