Entrevista

“Comentar un partido es difícil, porque es una película en directo”

Diego Latorre dialogó con @chiquitogarcia22 (FM Plaza) y compartió su visión sobre el periodismo deportivo y las redes sociales. Además, recordó su llegada a Pilar cuando era un niño.

Por Redacción Pilar a Diario 10 de abril de 2021 - 13:23

Desde sus inicios en las canchas de Mapuche y su debut en 1987 como delantero en Boca Juniors, Diego Latorre quedó vinculado al fútbol de por vida. Incluso al retirarse, su atención se mantuvo en la cancha, no como jugador, sino como un lúcido analista del juego. “Lentamente fui descubriendo una nueva pasión”, expresó en una entrevista para el programa @chiquitogarcia22 (FM Plaza 92.1).

 

—Es complicado dejar la cancha, pero vos encontraste una forma de desarrollarte en el fútbol desde otro lugar, ¿no?

—Completamente. Una vez que me retiré no sabía qué iba a hacer, ni que me iba a dedicar al periodismo, a ser comunicador. No fue fácil, porque cuando terminé de jugar al fútbol se cerró una etapa para toda mi vida. Eso es muy duro de aceptar, porque todavía me siento jugador. El fútbol es una actividad que tiene límite, y, si bien lo sabés, cuando llega el fin te cambia todo: la rutina, el estilo de vida… Sobre todo, cuando llegas a cierto nivel estás acostumbrado a ser el centro de atracción, incluso dentro de tu familia. Y, de pronto, pasás a ser un ciudadano común y corriente. Eso tampoco es tan sencillo de asimilar.

—¿Qué cosas ves del periodismo que te gustan y qué cambiarías?

-Estamos en medio de una competencia feroz en todos los ámbitos. Es una pena, porque cuando se entra en esta jungla, uno no mide los medios, solo busca subsistir, sobre todo cuando se trata de competir por un lugar. Y eso te puede estimular a ser mejor, pero si no tomás ese camino, quizás se usan métodos o se comunica de una forma muy imprudente e irrespetuosa. Ahí se empiezan a cruzar los límites: todo se exagera para generar impacto y no desde el conocimiento, sino desde decir cualquier cosa hoy y mañana sostener la contraria.

—¿Qué atracción tenés por las redes sociales?

—Se hizo un hábito. Uno necesita estar comunicado, conectado con la gente, pero para los que estamos en los medios, las redes también informan. Igual ahora la gente está muy virulenta, entonces cada vez me estoy despegando más en cuanto a emitir opiniones. Prefiero hacerlas en el lugar donde trabajo.

 

Trascendentales

Consultado sobre aquellos partidos que, ya en su rol como comentarista, jamás olvidará, Latorre destacó “ese de Madrid entre Boca-River en la Copa Libertadores, en el que sentí la misma emoción y nerviosismo que cuando salí por primera vez a la cancha”.

En el mismo pedestal ubicó a la final del Mundial de Brasil 2014 entre Argentina y Alemania: “Realmente me sentí parte de los hechos, no porque estuviese jugando, sino porque éramos un equipo que estaba laburando para tratar de que la gente viva ese momento único. Cuando comenté para esos dos partidos sentí un exceso de responsabilidad que no experimentaba hace mucho, desde que era jugador”.

En este sentido, para Gambetitacomentar un partido de fútbol es difícil porque es una película en directo. La jugada pasa instantáneamente, por lo que tenés que tener la capacidad de decir lo que te surge y que sea coherente, sintético, ser capaz de tener la lucidez para describir lo que sucede. No es fácil”.

—¿Qué te gustaría hacer a futuro?

—A mí me encantó hacer “La llave del gol”, ese estilo de programa de televisión de entre dos y tres personas, no más. Una especie de debate de alta calidad entre pocos, en el que podamos escucharnos y analizar profundamente. La gente ha consumido tanta basura de parte de personas que no ponen el foco en el juego que, de pronto, los comentaristas no ayudamos a entender qué significa el fútbol. De otra forma la gente sería más conocedora del juego y tendría una mirada un poco más amable con respecto al jugador. Yo sé que esta industria necesita vender clics y sangre, pero me parece que se ha dañado la esencia del juego y estamos percibiendo al jugador como algo que no es y eso me duele particularmente.

 

Un vecino más

Diego Latorre arribó al distrito en su infancia. “Si bien nací en La Paternal, casi toda mi vida frecuenté Pilar –recordó-. En 1978 o ‘79, mis viejos compraron una casa en Mapuche, que al principio no era un barrio, sino un espacio sin cercado, con vacas y demás… Había más libertad y seguridad, no estaba tan poblado. En ese momento en Pilar no existía el concepto de country, pero lentamente la localidad se fue transformando. Al principio iba los fines de semana, después los veranos”.

Y rememoró: “La casa que compró mi viejo no era sofisticada, sino un quincho de paja con un estanque y panales de abejas. Tengo el recuerdo de que el estanque tenía seis balas incrustadas… Habían secuestrado a alguien en la época de la dictadura, hubo un tiroteo y quedaron esas balas. Mi viejo después tiró todo abajo, hizo una pileta y construyó la casa. Y, con el tiempo, Mapuche se transformó en un country”.

La frase

"Yo sé que esta industria necesita vender clics y sangre, pero me parece que se ha dañado la esencia del juego".

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