Se registraron picos de -7º en las zonas rurales. Podría demorarse la producción y bajar los rendimientos. Un cultivo emblema que está perdiendo terreno.
EN EL CAMPO. El ingeniero agrónomo Fernando Badiali en un campo de frutillas de Pilar.
Pablo Bobadilla
Las bajas temperaturas extremas que se están registrando en los últimos días, y que podrían repetirse en lo que queda del invierno, podría traer consecuencias graves a los productores de frutillas pilarenses, un cultivo emblemático de las zonas rurales del distrito.
Con temperaturas mínimas que llegaron a picos de -7º grados en algunas zonas, se produjeron heladas negras, un fenómeno que se caracteriza por la congelación de las plantas sin la formación de escarcha visible, lo que puede causar daños severos a los cultivos.
El ingeniero agrónomo Fernando Badiali, director técnico del Mercado 2 de Septiembre de Pilar, definió en una entrevista con el programa radial Agenda Propia que “estos fríos son inusuales, porque hacía muchos años que no se daba una temperatura de -5º, -6º y hasta -7º” como se registraron en estos días.
Badiali explicó que “la producción de frutilla en este momento está en los plantines, con lo cual no es un momento de mucha producción o un pico de cosecha”. Pero aseguró “lógicamente, esta temperatura ha afectado muchísimo a la poca floración que había, y ha quemado brotes, lo que llamamos comúnmente helada negra”.
Y aunque auguró que “las plantas se van a recuperar seguramente”, señaló “esto va a atrasar todo el ciclo del cultivo” porque “la planta en este momento está muy afectada y los brotes nuevos han sufrido mucho”.
El experto lamentó que “no haya forma de cubrirse de esto, porque estamos hablando de extensiones a campo”. Así, aunque “algunos productores están poniendo doble cobertura del nylon para tratar de que no los afecte, ni con eso lo han logrado, porque es una temperatura muy baja”.
“Hasta -1º o -2º se puede pelear, pero ya con -7º es grave la situación”, describió.
En el partido de Pilar hay cuatro focos de producción de frutillas: la zona que rodea al Parque Industrial, la ruta 25 principalmente a Moreno, algo más en Fátima y un poco más disperso por los alrededores. De todos modos, no se dispone de estadísticas sobre las hectáreas cultivadas ni los rindes de producción anual promedio.
“El pico de producción es septiembre, octubre, noviembre y algo menos en diciembre, ese es el momento del año en el que se produce la cosecha”, indicó Badiali.
Las bajas temperaturas se suman a un retroceso en la producción de frutilla pilarense que ya se venía dando en los últimos años y que reconoce motivos económicos.
“Ya veníamos de una circunstancia en la que los productores estaban plantando menos superficie de frutilla, porque los costos están dolarizados y la cosecha se vende en pesos. Entonces, la superficie venía mermando bastante, tanto que sobraban plantines, porque había productores que desistieron de plantar frutilla por los costos”, señaló el especialista.
La combinación de circunstancias permite concluir un pronóstico poco alentados: “Estamos con menos superficie y ahora con esta inclemencia climática, ya va a tener un menor pico de producción, seguramente”.
En las ciencias agronómicas se clasifica a las heladas según el color. Hay heladas blancas y negras.
De acuerdo con el SMN, “las heladas negras son mucho más peligrosas para los cultivos y reciben este nombre por la coloración de las hojas luego de ser afectadas por ese fenómeno”.
Ese tipo de helada se produce cuando el aire tiene muy poca humedad y no se observa la formación de hielo. Entonces, el frío afecta directamente a las plantas. Como consecuencia, congela los líquidos que están dentro de las plantas y dañan sus células. Después de unos días, los tejidos afectados de la planta presentan una coloración negra ya que han sido destruidos.