La caída sostenida de las ventas, de la mano de un aumento de los costos fijos es un cóctel explosivo para el comercio minorista, que ve peligrar la actividad.
Señalan el impacto que tiene en las ventas la caída del poder adquisitivo de la población. Tarifas de servicios y alquileres entre los principales cuestionamientos.
CRISIS. La caída del poder adquisitivo golpea directamente al comercio local.
La caída sostenida de las ventas, de la mano de un aumento de los costos fijos es un cóctel explosivo para el comercio minorista, que ve peligrar la actividad.
Mauro Moris, secretario de la cámara de comercio de Pilar, SCIPA, describió que “la situación económica actual es un desastre a nivel financiero” y aseguró que “hemos visto una pérdida de puestos de trabajo significativa y un desplome del ingreso real que afecta la económica local”.
Para el comerciante, “esta situación no puede ser ignorada” ya que “el aumento desmedido de las tarifas de servicios esenciales como luz, gas, agua, y transporte, sumado al incremento en el precio de los combustibles, ha llevado a muchas personas estén en una posición de pobreza”.
“Esta falta de poder adquisitivo se traduce en una caída del consumo, lo que perjudica a nosotros los comerciantes y a la economía en general”, sostuvo Moris.
Aseguró al mismo tiempo que “se necesita urgente que el Gobierno Nacional no esté ausente ya que cada medida afecta directamente al bolsillo”.
“Viéndolo en el plano local, sin consumo no hay demanda. Cuando hay plata en el bolsillo, los sueldos mejoran y los costos no son un problema. Siempre hay que tomar decisiones que prioricen el bienestar de nuestra comunidad y reimpulsen el crecimiento económico”, analizó.
Gustavo Suarez, comerciante gastronómico de Del Viso y vocal de SCIPA, apuntó también a “la falta de empatía que tienen los propietarios” de los locales en alquiler.
“Hay muchos que tienen gran cantidad de las propiedades en Pilar y que no tienen las cosas en regla, no quieren pagar, no tienen a veces escrituras y les exigen a los inquilinos que hagan las cosas y obviamente que nadie va a pagar algo que no le corresponde”, señaló Suarez.
Pero a la vez, pidió una autocrítica por parte del comercio, “que tiene que mejorar, arreglar sus locales, agiornarse a la situación porque hay cosas que van quedando obsoletas y hay que modernizarse con tecnología”.
Por el contrario, opinó que “hay gente que se cree que pintar el local o iluminarlo es un gasto, cuando en realidad es una inversión que va a levantar el trabajo porque la gente quiere un lugar nuevo, limpio, ordenado que la atiendan bien”.
Pidió también extender los horarios de trabajo, porque “Pilar ya no es un pueblo de campo, tiene movimiento todo el día. Acá están acostumbrados a trabajar tres horas a la mañana, cinco a la tarde y se acabó. Pero desde las doce y media hasta las cuatro a la tarde, Pilar es un desierto”, describió. Y contrapuso que “si vos empezás a tener los negocios abiertos vas a tener más ingreso de plata”.
