En una noche despejada ideal para disfrutar del aire libre, con el unipersonal “Frágil” Sebastián Wainraich hizo reír y reflexionar a cientos de espectadores que el sábado colmaron el anfiteatro abierto de La Aldea, del kilómetro 44.
En una noche despejada ideal para disfrutar del aire libre, con el unipersonal “Frágil” Sebastián Wainraich hizo reír y reflexionar a cientos de espectadores que el sábado colmaron el anfiteatro abierto de La Aldea, del kilómetro 44.
La cita era a las 21 pero ya hacia las 20 comenzaron a llegar los más ansiosos que, sabiendo que las entradas estaban agotadas, quisieron ocupar los primeros asientos. Así, de a poco, el auditorio al aire libre del complejo se fue llenando.
A las 21, con gente todavía ingresando, comenzaron los aplausos para pedir la aparición del comediante que pisó el escenario hacia las 21.20. En escena, solo lo acompañaban una pantalla, un banco de plaza y una valija cargada simbólicamente de miedos, inseguridades, obsesiones (hace varias referencias a sus TOC) y fragilidades.
Durante una hora y cuarto, el humorista transitó, a través de sus monólogos y de la interpretación de distintos personajes como sucesión de sus alter egos, diversas temáticas que aunque contadas en primera persona, tocan de cerca a la idiosincrasia argentina pero también al ser humano en general, sin distinción de culturas: feminismo, inclusión, sexo, la crianza de los hijos, la pareja, fútbol, religión, la vejez y hasta la muerte fueron de la partida, invitando a los espectadores a reflexionar sobre cuál es el sentido y qué es lo realmente importante en la vida.
En el espectáculo, dirigido por Flor D’Agostino, a través del humor, la ironía y también la sensibilidad, riéndose de sí mismo Wainraich se propone realizar “un viaje al interior de uno mismo”. Así, fue de la comedia a la tragedia logrando como resultado una obra versátil, desopilante y profunda a la vez, que despertó las risas eufóricas, alguna lágrima y sobre todo los aplausos enérgicos de las más de 500 personas que llegaron hasta La Aldea.
Una gran puesta audiovisual, con un juego de luces y sonidos sincronizados casi a la perfección, fueron el maridaje ideal para un espectáculo que lleva a la comedia como bandera.
Lo que viene
El 14 de febrero, por el Día de los Enamorados, se presentarán en el auditorio de La Aldea Dalia Gutman y Zambayonny. Seguirá Hernán Casciari el 22 de febrero y cierra el mes el comediante Radagast.