Soy mano

De puentes y demases

Por Graciela Labale

Por Redacción Pilar a Diario 22 de febrero de 2020 - 00:00

“Que baje el puente y que se quede bajo
que entren amor y odio y voz y gritos
que venga la tristeza con sus brazos abiertos y la ilusión con sus zapatos nuevos
que venga el frío germinal y honesto y el verano de angustias calcinadas
que vengan los rencores con su niebla
y los adioses con su pan de lágrimas
que venga el muerto y sobre todo el vivo
y el viejo olor de la melancolía…”

En ocasiones como ésta me gusta volver a Mario Benedetti, el poeta sencillo, de la palabra justa para el momento justo. A veces lo hacemos a un lado como a todo lo simple pero él siempre está ahí, esperando momentos. Como éste.
Recuerdo, hace unos cuantos años ya, fue en 2012, cuando un loco amigo, nunca me rodeo de gente muy normal, me dijo vamos  a construir un puente, acá nomás, un puente peatonal sobre el arroyo Pinazo, que conecte dos localidades, Derqui y Del Viso, porque sólo están unidas por un par de rieles de ferrocarril tan finitos que los pibes muchas veces para ir al colegio caen al agua, mojan sus zapatillas, el guardapolvo, los útiles, quizás los únicos que tienen. De lo contrario tienen que dar una vuelta enorme o tomar más de un colectivo para llegar a la escuela, igual que muchos trabajadores que también usan ese atajo. Y lo hizo, junto a un grupo de soñadores con su misma locura. 
 “Que baje el puente y que se quede bajo
que entren los perros
los hijos de perra
las comadronas los sepultureros
los ángeles si hubiera
y si no hay
que entre la luna con su niño frío
que baje el puente y que se quede bajo
que entre el que sabe lo que no sabemos
y amasa pan
 y el que no puede hacerlas
y el que cierra los ojos
en fin para que nadie se llame a confusiones
que entre mi prójimo ese insoportable
tan fuerte y frágil
ese necesario
ése con dudas sombra rostro sangre y vida a término
ese bienvenido
que sólo quede afuera
el encargado
de levantar el puente
a esta altura
no ha de ser un secreto
para nadie
yo estoy contra los puentes levadizos.”

Ahora, por estos días, junto a la Fundación PIBES, comandada por otro loco, de bella locura, estamos construyendo otro puente. Esta vez sobre un arroyo que une a dos aldeas guaraníes de Misiones, de esas que localiza y en las que trabaja otra manga de locos de la Biblioteca Palabras del Alma. Las pibas y pibes de Puente Quemado 2 no pueden asistir a la escuela que está en la aldea Puente Quemado 1 porque deberían literalmente pasar por el agua para llegar, recorriendo mojados unos 5 km. Si esos chicos no pueden llegar la escuela se cerraría por falta de alumnos y su maestra nombrada sería trasladada.
Todos soñamos con que el 2 de marzo esas niñas y niños con sus guardapolvos blancos puedan cruzar el puente que los acerque a su inclaudicable derecho a la educación. 
Que baje el puente y que se quede abajo.  
Somos muchos los que estamos en contra de los puentes levadizos.
 

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