La Parka Chronnenberg, miembro del espectáculo de terror Circo del Horror, se tatuó en un comercio pilarense y asombró a los visitantes con sus efectos especiales. Su anfitrión, Alberto Ceja, especialista en suspensión corporal del show porteño, aseguró que el género va cobrando nuevos adeptos y que en Pilar podría ser bien recibido.
Pasan por la ventana. Vuelven para comprobar si sus sentidos no les jugaron una mala pasada con lo que creyeron percibir desde la vereda. Lo certifican con sus propios ojos, dentro del local “Ritual” hay una persona con una máscara. Está encadenada a una silla mientras Ceja la tatúa.
Se trata de uno de los personajes del popular Circo del Horror que ha cobrado gran trascendencia en la noche porteña por recrear escenas y personajes de terror en sus shows. La Parka Chronnenberg, miembro de grupo de artistas del tétrico show, se realizó ayer dos tatuajes en el comercio pilarense y sembró el terror (y luego risas) desde la vereda de la calle Bolívar.
“Es un gran grupo de gente, de colaboradores que hacen un circo distinto a lo normal, es justamente hacerle experimentar a la gente el horror en vivo”, describió el artista a El Diario.
“Estoy obligado a estar acá atado y no es nada del otro mundo a mi modo de pensar. No genera tanto miedo, pero verlo en el contexto de un show donde me van a destripar, me hacen de todo y hay distintas puestas en escena, es un poco más shockeante para gente que no está acostumbrada”, agregó el joven sobre lo que ayer tomó como una performance por fuera del tenebroso circo.
Del otro lado, el del rol de sometedor, se encontraba el tatuador Alberto Ceja, propietario de El Ritual (Bolívar 583). El hombre es también integrante del espectáculo de circo alternativo y esta vez, en lugar de deambular por los aires, se encargó de la tarea de tatuar a La Parka. Es que Alberto, además de tatuador, realiza números de suspensión corporal (duele pensar que se cuelga de su propia piel). “No duele la suspensión, duele como ponerse un piercing grande. Es un pinchazo y después cuando te ponen en el aire es el placer de volar”, explicó.
Sobre la posibilidad de realizarlo en Pilar, Ceja opinó que “cuando lo vean, les puede pasar lo mismo que a mí, quedar impactados”.
El anfitrión
Alberto Ceja es un reconocido tatuador profesional y body piercer que desde 2005 adorna la piel de los pilarenses. Se trata de uno de los referentes en el arte del tatuado en la zona que continúa realizando seminarios para perfeccionar su técnica.