El 3 de julio de 1967, a partir de la edición de un disco simple del grupo Los Gatos, la canción “La balsa” impactó en la sociedad de entonces y desde su mágica combinación de cadencia, melodía y mensaje, sentó las bases del rock argentino.
Rodeada de una necesaria carga mítica, la obra compuesta en la madrugada del 2 de mayo de ese año por Tanguito y Litto Nebbia en el baño de caballeros de la pizzería La Perla del Once, logró sintonizar con el espíritu de la época y dio forma a un impensado suceso cuyas repercusiones signaron la cultura popular argentina hasta nuestros días.
El encuentro de ambos artistas no fue casual, los incipientes rockeros de entonces tenían en La Perla un ámbito en el que ir a reponerse de las veladas musicales que arreciaban diez cuadras más hacia el centro de la ciudad, en un sótano llamado La Cueva.
Nebbia y Tanguito eran parte de un elenco de jóvenes que tocaban allí como Alejandro Medina y Carlos Mellino (entonces cantantes de The Seasons), Sandro y los de Fuego, Moris, Oscar Moro, Javier Martínez, Miguel “Abuelo” Peralta, Billy Bond y Pajarito Zaguri, por citar solamente a algunos.
En ese lugar, además, confluían curiosos y buscadores (Miguel Grinberg, Pipo Lernoud, Juan Carlos Kreimer y Charly Camino) que procuraban conformar la contracultura de una Argentina atravesada por la seguidilla de golpes militares.
“La balsa” resumió como nunca antes el espíritu de esa época de ruptura y de indagación y mostró que los hasta entonces irreconciliables mundos del rock y de la palabra cantada en español podían fundirse con efectividad y belleza.
“Estoy muy solo triste, acá/en este mundo abandonado/tengo la idea la de irme/al lugar que yo mas quiera/Me falta algo para ir/pues caminando yo no puedo/Construiré una balsa/y me iré a naufragar/Tengo que conseguir mucha madera/tengo que conseguir, de donde sea/Y cuando mi balsa esté lista/partiré hacia la locura/Con mi balsa yo me iré a naufragar”, se lee en la lírica del tema.
El postulado de una adolescencia romántica y de una rebeldía contenida, ofició de señuelo para captar oídos y voluntades capaces de descubrir que una nueva forma de canción había llegado para quedarse.
El tema cuyo porcentaje de importancia en la autoría entre Nebbia y Tanguito es aún tema de polémico debate por la temprana y trágica muerte de José Alberto Iglesias (el 19 de mayo de 1972) no hizo más que agrandar la leyenda y enturbiar los testimonios. n