En lo que indudablemente representó un lujo para el Partido de Pilar –y para toda la Zona Norte–, el prestigioso pianista argentino Horacio Lavandera ofreció, el sábado último, un concierto gratuito y abierto a la comunidad, en el Campus “Nuestra Señora del Pilar” de la Universidad del Salvador. Ocupando prácticamente toda la capacidad del auditorio, más de 500 personas disfrutaron plenamente de esta nueva visita del joven artista, quien esta vez llegó a la ciudad especialmente invitado por el BBVA Francés, que hace unas semanas lanzó la sexta edición de su programa Becas de Integración en la sede local de la USAL.
Llamó la atención la cantidad de jóvenes que asistieron a este espectáculo de primerísimo nivel, que tuvo como protagonista a este gran músico de reconocimiento internacional, quien desde hace ya unos años alterna entre su Buenos Aires natal y la ciudad de Madrid.
En su nuevo paso por Pilar, Lavandera desplegó un programa similar al que ejecutó hace un mes en la apertura del centro cultural Usina de las Artes, que funciona en el barrio de La Boca. Si bien fueron todas obras muy conocidas del género, lo cierto es que el pianista hizo gala de su versatilidad al evocar tanto a autores clásicos como contemporáneos.
Virtuosismo
Recibido con cálidos aplausos por el público local, Lavandera se dirigió al piano ubicado en el centro del amplio escenario para dar inicio al concierto. Tras un breve instante de suma concentración, el músico de 27 años interpretó los tres movimientos de la Sonata “Claro de luna”, una de las obras más famosas escritas por Ludwig van Beethoven. Ni bien culminó la pieza, el artista se retiró para cambiarse el calzado, ya que generaba un molesto sonido al pisar los pedales del piano. A su regresó, completó la primera parte del concierto con otra creación del célebre compositor alemán: la Sonata “Waldtstein”.
Tras un breve intervalo, los presentes retornaron a sus butacas para disfrutar de la segunda parte del programa, que comenzó con una exquisita trilogía del genio polaco Frédéric Chopin: dos valses y la Polonesa “Heroica”, en la que Lavandera hizo gala de su enorme virtuosismo y precisión. Vale destacar, que ésta, al igual que el resto de las obras incluidas en el programa, fue interpretada de memoria por el pianista, sin la ayuda de partituras.
Por si hiciera falta, la extrema habilidad y sensibilidad de Lavandera –que a esa altura ya tenía al público en el bolsillo– se reflejó en la “Rapsodia húngara Nº 2”, de Franz Liszt. Seguidamente, el notable pianista cerró su nueva visita a Pilar con “Levante”, una pieza con aires de milonga escrita por el compositor argentino Osvaldo Golijov. Claro que el público no lo iba a dejar ir fácilmente, por lo que Lavandera permaneció en el escenario para despedirse definitivamente con las “Danzas argentinas” de Alberto Ginastera.
De esta manera, Pilar fue escenario de un concierto de primer nivel, y lo que es mejor aún, es que estuvo al alcance de todos.
Una experiencia increíble
“Gracias a quienes se acercaron al concierto en la Universidad del Salvador ayer y a mí charla en el Sindicato de Músicos! Fueron experiencias increíbles, que disfruté muchísimo. Parto ahora a Europa y nos estamos viendo pronto de nuevo!”. Con estas palabras en su Facebook, Horacio Lavandera se refirió a la actuación que dio en Pilar.