por Débora J. Torres
Más de 100 mil personas de todo el país se trasladaron al autódromo de la ciudad de Junín para asistir al segundo show en el año del Indio Solari y Los fundamentalistas del Aire Acondicionado.
Además de encontrar los caminos a Junín colapsados por el encuentro, a los fanáticos del ex Redondos no les fue nada fácil esta vez llevar a cabo la peregrinación, ya que para llegar al autódromo se debía realizar una caminata de más de 5 kilómetros bordeando la Laguna de Gómez. La misma, fue una prueba de fuego para los fans, que una vez más demostraron su devoción por el Indio Solari y caminaron durante más de 2 horas sin importar el cansancio físico para llegar a la “misa india”.
El ritual estaba previsto para el 28 de mayo pero debió suspenderse por el trágico hecho que ocurrió en el recital de La Renga, cuando Miguel Ramírez falleció tras ser impactado en su cuello por una bengala.
El show del sábado pasado fue una verdadera fiesta que, sin pirotecnia y a pesar de la amplia concurrencia, se desarrolló con normalidad y en familia durante más de 2 horas.
La función tuvo una gran puesta en escena conformada por un importante montaje de luces, máquinas de humo que se encontraban en las torres de sonido y un par de pantallas gigantes que reproducían, además de la banda tocando, imágenes psicodélicas en alta resolución.
Pasadas las 22, las luces del Autódromo Eusebio Mancilla se apagaron para dar comienzo al espectáculo con “Todos a los botes”, “El tábano en la oreja” y “Ceremonia durante la tormenta”, tres temas de su último disco “El perfume de la tempestad”, que fue presentado en abril en Salta.
“Disculpen si pifio cuando canto, tengo el viento en contra”, mencionaba el ex Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota haciendo alusión al viento que azotaba Junín durante el recital.
Luego vendría uno de los momentos más emotivos de la noche con “La murga de la virgencita”, no sólo porque forma parte del último CD editado por los Redondos, sino porque el Indio se tomó un instante para reflexionar sobre el asesinato de Candela Rodríguez: “Cuidemos a las pibitas del barrio, son muy chiquitas. La prostitución es una elección de los adultos”.
Más tarde, Carlos Solari hizo su paso obligado por los grandes éxitos de Los Redonditos de Ricota a 10 años de su separación y el autódromo entero estalló con “Yo caníbal”, “La hija del fletero”, “Mariposa pontiac-Rock del país”, “Tarea fina”, “Nadie es perfecto” y “Ñam fri frufi fali fru”.
Asimismo no quedaron afuera sus dos primeros discos de su carrera solista, “El tesoro de los inocentes” (2004) y “Porco rex” (2007): “Flight 956”, “Vuelo a Sydney”, “Martinis y Tafiroles”, “¿Por qué será que Dios no me quiere?”, “Pabellón séptimo (Relato de Horacio)”, y “To beef or not to beef”, con el que el ex Redondos se refirió al éxodo de argentinos al exterior, recalcando que no es tiempo para irse del país porque “afuera las cosas no están bien”.
Luego para el final del recital llegó la canción más esperada de la noche, “Jijiji” y con ella la euforia de los seguidores del Indio, que expresaron su alegría con el pogo más grande del mundo.
“Cuídense a la vuelta, manejen los que están sobrios” y “Cuidemos a Junín, que es la ciudad que nos alberga”, de esta manera se despidió el Indio Solari protegiendo a su público, tras finalizar su show más concurrido. n