El suizo Jung, fundador de la psicología analítica, comparaba las invenciones literarias con las invenciones oníricas. Si fuera así, se podría decir que la literatura es un sueño, un sueño dirigido y deliberado, pero esencialmente un sueño.
¿Qué profunda razón nos lleva a leer? La necesidad de conocimiento, el saber, construirnos culturalmente, el soñar indudablemente.
La literatura pues es una búsqueda infinita, una indagación continúa donde el escritor y el lector finalmente se encuentran en un texto, el primero en su imaginación al construirlo, en su necesidad de decir, y el segundo rescribiendo interiormente lo que ha escrito el autor, y así toda narración es narrada dos o más veces derivando en infinitas lecturas.
Escribimos para liberarnos de los fantasmas y de los sueños que nos acosan y leemos para transformarnos, metamorfosearnos, para despertar la fantasía, la imaginación. Decía Juan Rulfo que escribimos para no morirnos, porque en cada texto está la vida temporalmente muerta, aletargada, y la palabra vuelve a la vida, renace en el lector que le da sentido y trascendencia.
Se dice que la literatura no sirve para nada, pero creo que no es tan inútil. Afirman que no hace revoluciones, es absolutamente cierto, tan cierto como que ha contribuido a realizar muchas de ellas, y lo que es más importante: las ha narrado dejándonos sus enseñanzas.
Y por cada quien que escribe sus dudas, lo que no sabe, lo que no comprende, por cada hombre que narra su propio infierno, por cada escritor que cuestiona, hay un lector que también lo hace.
Imaginación, conocimiento, renovación, elementales contenidos de la lectura que fueran y serán desestimados por el poder acusándolas más de una vez de subversivas, llegando a la quema de libros, o lo que es más, encarcelando y asesinando a escritores.
Un ser que no lee se lo podría calificar como un necio, pero cuando es un pueblo el que no lee éste se convierte en una sociedad culturalmente suicida, que lo pagará con su historia, con su libertad.
Convivimos en una sociedad violenta, pero la peor violencia indudablemente es en lo cultural, el proceso de embrutecimiento que se produce por falta de lectura, de estímulos idóneos en el área educacional y principalmente en el hogar, situación que se agrava cuando lo poco que se lee es basura, bazofia estimulada por los medios de comunicación masiva.
Es creencia popular que el mejor amigo del hombre es el perro, y de hecho no lo discuto, pero creo que la lectura es superior. Un libro sólo pide ser leído cómodo y placenteramente.
