Graciela Borges celebró en Pilar el preestreno de su última película

Luego de asistir a la función privada de "Dos Hermanos", la película que protagoniza junto a Antonio Gasalla, la actriz compartió en Tinto y Soda una cena con el equipo de producción.

24 de marzo de 2010 - 00:00

La actriz regresó a la pantalla grande después de cuatro años.

 

Radiante, con su voz inconfundible, entra repartiendo saludos a propios y extraños. Viene de enfrentarse por primera vez a la película que filmó con Antonio Gasalla bajo las órdenes de Daniel Burman, y con la inocencia de una principiante, consulta, pide opiniones, espera críticas. “¿Qué te pareció?”, repite.

Se disculpa con cordialidad por un cansancio que no se nota y pide una copa de vino. Gestos elegantes y una distinción natural confirman por qué alguna vez la bautizaron como la diva del cine nacional.

Esta vez, la pantalla grande la transformó en la hermana de Gasalla en una adaptación cinematográfica de la novela “Villa Laura” de Sergio Dubcovsky.

Recién llegada del preestreno y antes de compartir una cena con parte del equipo de producción en el restaurante Tinto y Soda del shopping Torres del Sol, Graciela Borges habló en exclusiva con El Diario sobre “Dos hermanos”, el film que se estrenará el 1º de abril.

 

-¿Qué sensación le generó ver la película por primera vez?

- Recién termino de verla, la tengo que digerir, pero de verdad creo que es una película muy interesante. La vi muy a lo Woody Allen, esos films que por momentos te reís y por momentos te conmueven. Me parece una actuación de Antonio estupenda. A mi me hacen muchas ponderaciones pero creo que es muy difícil hablar de uno. Es muy interesante, tiene un muy buen guión y me gusta mucho filmar con Burman.

 

-¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Gasalla?

- Muy buena, porque además él siempre hace personajes que son de mujer, o son cortos, y van en televisión. Un largometraje de superprotagónico no ha tenido nunca, salvo “Esperando la carroza” que era mamá Cora. Extraordinario, fue divino filmar con Gasalla. Estoy muy contenta, creo que ha sido un gran trabajo.

 

-El estreno se da en un momento donde el cine argentino está pasando por un gran momento.

- El mejor momento, espero que esto siga así, que la gente lo vea, que la gente que pone plata siga poniendo plata en el cine. Es una felicidad total porque el Oscar fue una cosa de mucho reconocimiento, muy merecido, empuja mucho al cine argentino. Desde La Ciénaga (película dirigida por Lucrecia Martel que protagonizó en el 2000 junto a su hijo Juan Cruz Bordeu) hasta acá está colocadísimo el cine nacional.

 

El regreso

La apuesta de Daniel Burman marca el regreso de Graciela Borges al cine cuatro años después de protagonizar “Las Manos”, el último film del fallecido director Alejandro Doria.

Y también el retorno de Antonio Gasalla a una década de “Almejas y mejillones” y a 25 años de la inolvidable “Esperando la Carroza”, con un protagónico diferente a los personajes popularizados por el cómico.

En una semana a Graciela -cuya trayectoria habla de unas 50 películas en su haber- se la podrá ver en el papel de una mujer arrebatada y extrovertida que contrasta con un hermano diez años mayor, reservado y de pocas palabras.

 

-¿Qué es lo que tiene que tener una película para que acepte filmarla?

- Para mi tiene que tener sentimientos y riqueza de personajes, con escenas que tengan cierto poder de resolver cosas actorales que sean distintas para mí, porque lo nuevo es lo que me interesa. Y un gran director.

 

-¿La televisión está en los planes?

- Nunca pienso demasiado en la televisión, pero si viene podría ser. No la tengo demasiado presente porque por ejemplo para las tiras que son el éxito total de ahora me complica estar todo el día filmando. Es muy cansador para mí.

 

Los hermanos sean unidos  

Basada en la novela “Villa Laura” de Sergio Dubcovsky, la película presenta las idas y vueltas de una conflictiva relación de amor-odio entre dos hermanos.

Por un lado, Marcos, un orfebre acostumbrado a vivir bajo el ala materna sobreprotectora y algo asfixiante que cree encontrar su liberación tras el fallecimiento de su madre. Por el otro, su hermana diez años menor, avasallante y extrovertida a quien lo une un vínculo conflictivo, pero que se convierte en su único sostén. 

“Son dos personajes muy distintos que entablan una relación que va y viene y que es como un reencuentro después de toda una vida”, explicó el propio Antonio Gasalla en el lanzamiento del rodaje, en septiembre de 2009.

Con siete semanas de filmación, la película comenzó a rodarse en octubre del año pasado en Carmelo, Uruguay, y continuó en Buenos Aires.

Se trata del último trabajo de Daniel Burman, director de filmes como “El nido vacío”, “El abrazo partido”, “Derecho de Familia” y “Esperando al mesías”, entre otros.

La adaptación cinematográfica de la novela de Dubcovsky cuenta con la colaboración del escritor Marcelo Birmajer.

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