Juntarse, tocar, convocar y, sobre todo, disfrutar. Esas son las premisas principales de La Ricarda, agrupación musical que decidió ponerle candombe a las plazas de Pilar.
La agrupación La Ricarda toca en distintos espacios verdes del distrito. La convocatoria es abierta. Este domingo, en Villa Morra.
Juntarse, tocar, convocar y, sobre todo, disfrutar. Esas son las premisas principales de La Ricarda, agrupación musical que decidió ponerle candombe a las plazas de Pilar.
La iniciativa nació a mediados de este año con una propuesta itinerante e inclusiva: recorrer diversos espacios verdes de las localidades para tocar y –no menos importante- invitar a los vecinos a sumarse.
Este lunes, sus integrantes estuvieron en el programa Materia Prima (FM Plaza 92.1), donde dialogaron sobre la propuesta. “La idea es encontrarse en distintas plazas de Pilar, compartir lo que sabemos con quien tenga ganas de pasarla bien y sumarse, para conocernos más”, expresó Hernán, uno de los miembros.
“Es un contacto directo, cuando hoy la mayoría de los contactos son virtuales”, agregó Héctor Bacci, conocido músico de Pilar y uno de los que acompaña la movida.
En cuanto a las características, Nicolás explicó que “trata de ser una comparsa de candombe, tocando tambores en la plaza. Ya empezó y con el clima de primavera y verano se va a potenciar. Nos juntamos los domingos en distintas plazas y lo damos a conocer por nuestro Instagram, @ricardalalonja”.
En este sentido, la próxima fecha será este domingo, desde las 17, en la plaza de Villa Morra. La invitación es para grandes y chicos, “sepan tocar bien o no, igual que bailar o cantar. Es un proceso”.
Otro de los integrantes de La Ricarda es el Turco, uruguayo que toca la guitarra “pero que jamás había tocado un tamboril. Acá lo logré y el tamboril no me dejó nunca más... Aprendí lo que es el candombe y a armar estos grupos maravillosos”.
Por su parte, Hernán indicó que “soy saxofonista y conocí los tambores acá. Me gusta del candombe que te reúne con gente con mucha calidad humana y ganas de transmitir experiencias”.
La invitación está hecha y en cada encuentro se sumaron interesados, ya sea para tocar instrumentos de percusión o viento, cantar y bailar o simplemente para escuchar y disfrutar.
“El que lo siente se contagia y el que no también –aseguraron-. Sentís el ruido que te llama de lejos, al acercarte ves gente sonriendo, bailando y entrás, sos parte. Se genera una bola gigante, mirar al otro, sonreírle y con el tambor manifestarlo, entre los tambores hay diálogo y cuando lo descubrís son fuegos artificiales en la cabeza”.