Este pequeño roedor seduce por su simpatía pero se convirtió actualmente en una plaga.
Este pequeño roedor seduce por su simpatía pero se convirtió actualmente en una plaga.
Se llama ardilla de vientre rojo o Callosciurus erythraeus científicamente, es originaria de Asia y se introdujo en Luján en 1970, desde donde se ha dispersado a partidos vecinos por causas naturales y también por causa del hombre, quien la suele trasladar de un sitio a otro de manera ilegal. De roedores carismáticos pasaron a ser una de las especies exóticas invasoras que más se propaga y esto ya preocupa a las autoridades ambientales nacionales, provinciales y de varios municipales.
Sin un depredador natural y con gran capacidad de adaptarse a distintos ambientes ya “ invaden" 2.186 kilómetros cuadrados, es decir un área que equivale a diez veces la Ciudad de Buenos Aires. Además de Luján, que suma el 60% del territorio invadido, se las ve en Escobar, San Miguel, 25 de Mayo, Capitán Sarmiento, Salto, Arrecifes, Pilar y Daireaux. En Santa Fe hay una pequeña colonia en Cañada de Gómez y Rafaela. Y en Córdoba se las ha visto en La Cumbrecita.
Inicialmente se recomienda a los vecinos de estas zonas no trasladar y/o comercializar individuos de esta especie, y no tomarlos como mascotas ya que no resisten el cautiverio, a fin de prevenir nuevos focos de propagación. Existe ya la amenaza de que lleguen al Delta y desde ahí se expandan vertiginosamente hasta Misiones por el corredor verde del Litoral, parques nacionales de Entre Ríos, Corrientes y Misiones donde afectaría la vegetación y competiría con otros animales, particularmente ardillas nativas de la selva misionera y de las yungas.
En octubre, el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza que habilita, entre otras acciones, a cazarlas por razones de salud pública, uso científico y control de población, siempre que se cuente con autorización del Municipio y se proyecta una ordenanza similar a la sancionada por Luján. La norma fue la síntesis de la inquietud planteada por profesionales de la Universidad Nacional de Luján (UNLu) que calificaron de "plaga" la expansión de estos roedores.
En algunos barrios de Pilar, como Carabassa, los vecinos ya están siendo afectados por la presencia de estos animales, donde se registran desperfectos en el suministro de energía eléctrica, por rotura de cables, daño a mangueras de riego y cables de TV y telefonía.
Por otra parte, causan serios problemas a los sistemas naturales y productivos ya que consumen frutales, dañan la corteza de los árboles y podrían afectar a las aves nativas.
Por ser roedores silvestres también existe un riesgo potencial de que puedan transmitir enfermedades como la leptospirosis, que es una Zoonosis.
Ante el avistamiento de estos roedores o dudas personales, comunicarse con la Dirección Nacional de Fauna y Flora Silvestre o Centro de Zoonosis municipal.