MEMORIA A 40 AÑOS DEL CONFLICTO

La historia de película de un excombatiente pilarense en la guerra de Malvinas

Alberto Varela era Capitán de Infantería. Le dio a la tropa un beneficio al borde del reglamento. Un soldado que se hizo pasar por habitante de las islas y una detención que casi lo arruina todo.

Por Redacción Pilar a Diario 14 de mayo de 2022 - 00:15

Ramón Alberto Varela eligió Pilar para vivir con su familia a fines de los 90, hace casi 25 años. Pero mucho, antes, hace exactamente cuatro décadas, cuando era Capitán de Infantería del Ejército, protagonizó una historia sorprendente en plena guerra de Malvinas.

Varela, quien recordó la anécdota en una entrevista con el portal MDZ, contó que hacia fines de mayo de 1982 “las tropas inglesas hacían exploración en las zonas que nosotros defendíamos. Entonces, mandábamos a la noche patrullas para ver qué era lo que hacían, dónde estaban y cómo se aproximaban”. Era una tarea difícil, porque “a veces tenían contacto con los ingleses y sufrían las consecuencias”.

Por eso, a modo de estímulo para los que salían de noche a patrullar “sin saber si volvían”, Varela decidió premiar a las patrullas con chocolates y whisky. ¿El problema?, no contaba con ninguno de esos elementos y las tropas argentinas tenían terminantemente prohibido comprar en las tiendas locales de Puerto Argentino.

Varela decidió sortear el inconveniente valiéndose de dos fortalezas: el soldado Marcelo Garat, “que hablaba muy bien inglés” y unos “dólares que accidentalmente había llevado” a las islas, contó.

Con unas ropas que consiguieron, Garat se vistió de civil y salió a Puerto Argentino disfrazado de kelper con la misión de hacer las compras prohibidas. “Chocolate, unas petacas de whisky y cosas para darle a los soldados que iban al frente a la noche como para que tuviesen un estímulo”, recordó Varela. 

La misión fue un éxito la primera vez, por lo que se repitió en varias oportunidades. Hasta que ocurrió algo. “Uno de esos días a la tarde, cuando ya tendría que haber estado de vuelta, Garat, no aparece. Me parecía raro porque los días previos no había habido problemas. Él estaba perfectamente caracterizado como un kelper y tenía la orden mía de no hablar en español. Le hablase quien le hablase, él era un kelper”.

Por eso, ante la demora, “llamé por la radio a un camarada en Puerto Argentino de la policía militar y le pregunté si tenía noticias de un soldado mío que había mandado para hacer un trámite sin especificar mucho”, recordó. “Me dijo que no y que estaban muy ocupados porque parecía que habían capturado un comando del SAS (servicio aéreo especial británico), a lo que le pregunto si estaba seguro de eso y me responde que era un comando hecho y derecho porque hablaba inglés, no hablaba nada de español y andaba con un bolso con provisiones”, contó Varela, que supo de inmediato que el supuesto comando era Garat, que cumplía su orden de no hablar nunca en castellano.

“Tuve que ir caminando los 10 kilómetros hasta la policía militar en Puerto Argentino, pedir hablar con los jefes para que me dejaran ver al prisionero y la sorpresa de todos fue cuando le dije al prisionero: ‘Marcelo deciles quién sos porque ya está, nos descubrieron”, termina.

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