Por Daniela Minotti
Por Daniela Minotti
A Sabrina Afriol, licenciada en Psicología de la Universidad de Buenos Aires, siempre le interesó el deporte. Para unir sus dos pasiones, terminó especializándose en psicología aplicada al deporte, e instruyéndose en Neurociencia a través de varios cursos.
La primera oportunidad llegó en 2015, cuando empezó a trabajar en Sportivo Unión de San Miguel, un club de la Liga Escobarense de Fútbol. Desde allí pasó a Juventud Unida, en la división D, para luego recalar en J.J. de Urquiza, en la C, con el que logró el ascenso a la B Metropolitana.
Una más
“Trabajar con un plantel de fútbol es totalmente gratificante”, comenta. “La psicología del deporte es una disciplina bastante nueva y todavía estamos mostrando cómo se trabaja”.
En su día a día, Sabrina se maneja de forma conjunta con los preparadores físicos y el director técnico, realizando ejercicios de estimulación cognitiva para identificar las habilidades psicodeportológicas. Eso incluye trabajo en la cancha, en papel con ejercicios para resolver, grupal e individual, además de observación y charlas. “A diferencia de la psicología clínica, aquí se trabaja en campo con el deportista y con toda persona relacionada con el deporte”.
En un principio no todo fue fácil, ya que en su carrera chocó con prejuicios del ambiente. “Enfrenté situaciones bastante incómodas, como no poder entrar a estadios, o que cuestionaran quién era. También burlas sobre la necesidad de una psicóloga para los deportistas. Incluso inventarme relaciones con miembros del cuerpo técnico”.
Pero Afriol no dejó que todo aquello la detenga, y con los años la importancia de su rol fue muy bien recibida por los deportistas. Su intervención sostiene mucho peso frente a las cuestiones que podrían perjudicar a los jugadores.
Soporte
Además de las problemáticas con las que se enfrenta cualquier persona, los jugadores de fútbol tienen las exigencias propias del deporte. Entre ellas están los horarios, la alimentación, el rendimiento y los objetivos. Y muchas las cuestiones personales y las de trabajo se afectan constantemente.
Así es como se han visto muchos casos de deportistas que atraviesan situaciones complejas. El más reciente es el de Santiago Morro García, jugador de Godoy Cruz que se quitó la vida días atrás. “Yo no tuve deportistas con depresión, pero sí se van observando disparadores que alertan sobre una situación así”, explica.
Y al tratarse de un equipo, señala que escenarios así afectan mucho al plantel. “Es doloroso y hay que respetar el proceso de duelo de sus compañeros. Se comparte mucho tiempo y es un golpe muy duro e impensado”.
A primera vista, para algunas mentes más conservadoras, esta disciplina no parecía tener conexión con el deporte. Pero Sabrina Afriol demuestra cada día con su trabajo la importancia de la ayuda psicológica en el alto rendimiento.