Tres años y medio atrás nació OtroMundo, centro comunitario que funciona dentro de la Sociedad de Fomento “La Tierrita”, del barrio William Morris, al que, al principio, dos veces por semana asistían unos diez chicos que además de recibir la merienda, se reunían a jugar a la pelota.
Por la realidad social y económica del país, con el correr de los meses se fueron sumando más familias y en la actualidad están organizando ollas populares para más de 800 personas.
Estefanía Foschia es la encargada de OtroMundo y quien, ante el aislamiento social y la imposibilidad de que los chicos asistan al centro comunitario tuvo que pensar en otras maneras de seguir ayudándolos a ellos y a sus familias.
En diálogo con El Diario, contó que “al comenzar la pandemia nos vimos obligados a cerrar nuestras puertas, con mucho dolor, porque sabíamos el espacio de contención que es para los chicos del barrio, Otromundo pero no nos quedó otra alternativa”.
Ante este panorama, explicó, “decidimos entregar bolsones de comida a las 20/25 familias que teníamos anotadas, pero nos encontramos con la sorpresa de que se acercaron más de 100, la fila era inmensa y a nosotros no nos alcanzaba la mercadería que teníamos para cubrir las necesidades de todos”.
Debido a esta demanda, sin pensarlo mucho, aún sabiendo que ni siquiera tenían gas, tomaron la decisión de empezar a cocinar para, de esta manera, llegar a más gente. Arrancaron haciéndolo tres veces por semana, “pero a la semana siguiente ya cocinábamos los cinco días de la semana, entre 80 y 90 familias por día se llevaban su tupper lleno y calentito, estamos hablado de unas 400 personas por día”.
Por otra parte, hablando con otros referentes barriales y viendo que la necesidad era la misma en todos lados, “con mucho esfuerzo decidimos realizar también ollas populares en distintos barrios”. “Actualmente estamos entregando comida seis veces a la semana en William Morris, cinco veces por semana en Manzone, tres veces por semana en Pinazo y en Savio y dos veces en el barrio Falcón, llegando a un total de 800 personas por día”, detalló la joven.
“Si bien hace muchos años que estoy en los barrios, con la gente, y conozco a diario infinitas necesidades, esta pandemia sin duda nos movilizó a todos, y ver las filas inmensas de la gente con su tupper en la mano es muy doloroso”, dijo la referente social.
Respecto a las personas que se acercan para acceder a un plato de comida, que quizás es el único que reciben en el día, señaló que se trata de “mucha gente grande, mucha gente que labura, al día, de changas y hoy se encuentra sin nada. Muchos chicos que con las escuelas cerradas se quedaron sin hasta tres comidas al día”.
“Lamentablemente no es solo la falta de alimentos. Faltan remedios, no tienen productos de higiene, el frío, son personas que hace rato fueron olvidadas”, sostuvo Foschia.
Y agregó que “es sumamente importante y necesario el poder seguir asegurando aunque sea una comida al día, porque además de la comida, es poder acompañarlos aunque sea un ratito al día, charlar con cada uno. Hacerles sentir que no están solos”.
No obstante, para poder seguir adelante con su labor solidaria, sobre todo en el difícil contexto que atraviesa el país, precisan de la ayuda de la comunidad.