Entrevista

“Fue el momento más importante de mi carrera”

Gabriel Retes es vecino de Pilar e integró la tripulación de uno de los vuelos de Aerolíneas Argentinas que trajo insumos desde China. “Heroica es la misión que llevan adelante los profesionales de la salud”, dijo. Y aseguró que “lo volvería a hacer mil veces”.

Por Redacción Pilar a Diario 27 de abril de 2020 - 10:53

Gabriel Retes tiene 59 años y hace 35 que es Tripulante de Cabina de Pasajeros (TCP) en Aerolíneas Argentinas en donde se desempeña como Jefe de Cabina del área internacional. Sin embargo, a pesar de sus largos años de experiencia, acaba de vivir el momento más importante de su carrera: junto a otros 21 argentinos, integró el tercero de los vuelos humanitarios de Aerolíneas Argentinas que partió a China para traer insumos que servirán en la lucha contra el coronavirus.

El lunes 20 de abril, una comitiva integrada por 22 personas, entre TCP, despachante de aeronave, mecánicos, técnico de carga, representantes del área institucional de la aerolínea de bandera y 12 pilotos, entre comandantes y copilotos, partieron en un vuelo humanitario que, sin dudas, representó uno de los momentos más significativos de sus carreras.

Al menos así lo fue para el pilarense Gabriel Retes, quien además es delegado de la Asociación Argentina de Aeronavegantes. En diálogo con El Diario contó cómo fue la experiencia de integrar uno de los primeros vuelos humanitarios realizados por Aerolíneas Argentinas en sus 70 años de historia.

-¿Qué significó para vos ser parte de uno de estos vuelos humanitarios?

Integrar la tripulación del primer vuelo con TCP a China significó en lo profesional una enorme responsabilidad en cuanto a que son vuelos especiales, totalmente distintos a los que realizamos, estamos yendo a buscar insumos que pueden salvar vidas.

-¿Cómo se dio la posibilidad de integrar una de las tripulaciones que viajó a China?

En el caso de los TCP, tanto Sergio Aizenberg el primer comisario, como yo habíamos realizado vuelos de repatriación como voluntarios y la gerencia y nuestra jefatura tuvieron en cuenta nuestro conocimiento de protocolos y procedimientos para salvaguardar la salud y peligros de contagios.

-Muchos consideraron su tarea como “heroica”. ¿De qué manera lo viviste vos?

La verdad, no sentí esto como heroico. Todos los que perdimos un ser querido, sabemos lo que se siente cuando los insumos no están y que de eso depende una vida. Lo volvería a hacer mil veces si fuera necesario. Pero heroica es la misión que llevan adelante los profesionales de la salud que exponen su vida, nosotros solo hacemos nuestro trabajo.

Para Retes, las felicitaciones no son necesarias. Le alcanza con saber que hizo lo que podía para colaborar en la lucha contra el coronavirus. “No creo que sean necesarias. Es parte de nuestro trabajo. Fue un pedido del presidente (Alberto Fernández) y como aerolínea de bandera es nuestra obligación y deber hacer todo lo que podamos para ayudar en este contexto que estamos viviendo”.

En vuelo

-¿Cómo es la preparación previa a un viaje de estas características?

La preparación fue más mental que física. Son vuelos totalmente atípicos, sabemos que son aproximadamente 60 horas arriba el avión, que solo podemos bajar en la escala técnica brevemente y hasta el pie de la escalera después de 15 horas para continuar otras 13 hasta Shanghai. De las 60 horas, solo habremos dormido 6 entrecortadas, pero sabíamos que era necesario, era nuestra función el velar por todo un cúmulo de acciones que se debían cumplir y que no podíamos delegar. Este es el más largo que me tocó realizar en los 35 años que llevo trabajando. Mentalmente significó aplicar previamente toda nuestra experiencia en cuanto a imaginarlo, sin saber si realmente iba ser de esa manera. En aviación se trabaja siempre previendo lo que pueda llegar a suceder, no se improvisa y en este caso teníamos que estar preparados justamente para improvisar. Sin duda fue el momento más importante de mi carrera porque tenía que poner toda esa experiencia, esas casi 20.000 horas de vuelo que tengo, a fin de llevar adelante la operación más importante, porque era humanitaria.

-Respecto a los cuidados…

Se llevó todo tipo de recaudos: trajes, antiparras, guantes, barbijos, desinfectantes. Se previeron todas las medidas de higiene y seguridad que se podían tener y más.

-Entre los momentos más emotivos de esta experiencia, ¿con cuáles te quedás?

Los momentos más emotivos, en secuencia, fueron cuando me preguntaron si quería hacer el vuelo, en ese momento fue un huracán de emociones y sensaciones de preguntarme a mí mismo si estaría a la altura de las circunstancias. Aerolíneas me ha dado todo, este era un pequeño sacrificio. La noche previa casi no dormí. El briefing con toda la tripulación que conformamos el vuelo, a los que ni siquiera conocía, salvo a los pilotos, sabiendo que todos teníamos el mismo sentimiento. El arribo a Shanghai, imposible describir con palabras, y por último el arribo a Buenos Aires, la distensión, la alegría de saber que habíamos cumplido y contribuido un poco, solo un poco, a esto que nos toca vivir.

De regreso

En el Pilar que eligió hace 24 años para vivir junto a su familia, lo esperaban sus cuatro hijos.

-¿Cómo fue la reacción de tus seres queridos cuando se enteraron que serías parte de este vuelo?

Hoy vivo con mis dos hijas más chicas, de 20 y 23 años. Mi esposa falleció hace unos años y esto viene a cómo lo tomaron en mi familia, con mucho temor y preocupación, desde los vuelos de repatriación hasta este último, pero entendiendo que es mi trabajo, que gracias a él pudieron tener acceso a una buena educación y salud, casi un privilegio. Preocupación, orgullo y comprensión, así lo tomaron, al igual que el resto de mi familia. Somos seis hermanos y tengo 18 sobrinos, sobrinos nietos, mi papá al cual no veo desde hace dos meses (tiene 87 años y es de altísimo riesgo) todo ellos lo tomaron de la misma manera.

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