El 19 de marzo, luego de que el presidente Alberto Fernández decretara el aislamiento social, preventivo y obligatorio, Andrés López tuvo que cerrar las puertas de las tres peluquerías que tiene en Pilar, a sabiendas del impacto que esto traería no solo en su vida, sino en las de las 15 personas que trabajan allí.
Hoy, a 22 días, todavía mantiene su alegría característica, aunque con el correr de las horas su preocupación aumenta, como la de todos los comerciantes y trabajadores informales cuyas tareas no son consideradas como esenciales, por lo que no tienen alternativa: deben quedarse en sus casas, a la espera de poder volver a trabajar.
Staff Modern nació en el año 2007 y creció hasta contar en la actualidad con tres sucursales. Una en Pilar Centro, otra en Pilará y una tercera sobre la calle Champagnat, en las que ofrecen servicio de peluquería, manicuría, pedicuría y depilación, entre otros. Obviamente, durante estos 12 años, a Andrés nunca le tocó vivir una crisis de estas características, a la que está tratando de adaptarse de la mejor manera, no sin dejar de tomar conciencia de la manera en la que la pandemia afectará su negocio.
“A la economía esto la afecta un montón y está en uno poder, independientemente, tener ciertos ahorros por si pasan cosas como estas, de emergencia”, admitió, en diálogo con El Diario.
Su voz resuena optimista, cualidad que trata de transmitir a sus empleados, con los que se reúne casi todas las mañanas, cerca de las 9, obviamente de manera virtual. La plataforma elegida para hacerlo es Zoom, que en las últimas semanas se convirtió en furor por su practicidad al momento de realizar videollamadas en grupo.
“Hacemos trabajos diarios que tienen que ver más con su desarrollo personal individual. La idea es estar preparados para el después, para lo que va a venir. Además, quizás algunos se ofrecen a dar clases por ejemplo de maquillaje. Aunque están los que no se copan, el 95% están enganchados”, sostuvo el dueño de Staff Modern.
Lo que viene
Seguramente, el domingo Alberto Fernández anuncie la extensión de la cuarentena al menos hasta fines de abril. No obstante, por ahora, la idea del peluquero es “la semana que viene ya poder salir a trabajar y recibirlos en las peluquerías”.
Sin embargo, aclaró que “tengo que respetar las órdenes de arriba. Pero como sea pienso empezar a moverme, hacer teleconferencias y reunirme con otros comerciantes porque sabemos que esto es circunstancial”.
En este sentido, explicó: “Nos estamos preparando porque el protocolo lo tenemos que seguir respetando aun cuando se levante la cuarentena. Que los clientes se laven las manos, que se respete la distancia entre ellos, usar barbijos y alcohol en gel”.
Asimismo, analizó: “El problema es económico. Estamos todos en la misma situación y del otro lado van a tener que ver qué se hace con los servicios, con los alquileres. Si se da una prórroga o qué”.
Con ánimos que oscilan entre la preocupación y la esperanza, Andrés elige mantener los pies sobre la tierra: sabe que volver a sostenerse le va a llevar al menos dos o tres meses porque “para nosotros, ya de por sí junio, julio y hasta agosto son meses difíciles y con esto la crisis se potencia”.
“Está en cada uno poder hacer la diferencia, y sabemos que esto va a marcar un antes y un después en la vida, como pasó después de una guerra u otras epidemias”, concluyó.