Un ritual que cumple dos décadas

Por Redacción Pilar a Diario 30 de diciembre de 2018 - 00:00

Algunos aseguran que todo empezó de casualidad, cuando un grupo se juntó para ver el partido entre Argentina y Holanda, en el Mundial de Francia 98 (el del cabezazo del Burrito Ortega a Van der Sar). Otros dicen que fue un año antes. Vaya uno a saber. Pero ¿Qué importancia tiene, al fin y al cabo?
Lo cierto es que desde hace dos décadas, un grupo de vecinos de Pilar repite el ritual de cada fin de año. En realidad es una versión ampliada de lo que ocurre cada viernes, con una pequeña diferencia, de los 20 comensales semana tras semana, se pasa a los casi 70 en los cierres de año. 
El lugar, la casa de Antoine Tono Aón, a metros de la plaza de Pilar y en los fondos de su centenaria tienda La Reina. Nadie tiene dudas de que además de anfitrión, él es el factor de unidad.
Y así, como ocurrió este viernes, conviven esos personajes de Pilar. Se habla un poco de la vida, del trabajo, de fútbol (la reciente final entre River y Boca fue uno de los temas más citados, con cargadas incluidas) y también se habla de política. 
Va transcurriendo la noche, entre risas, recuerdos, anécdotas, un buen asado, vinito va, champán viene. Los partícipes de este rito de pueblo son unánimes: en todos estos años, jamás hubo una discusión. Y eso que conviven distintas ideas, sentires y temperamentos. Pero como todo aquello de lo que se disfruta, existe un pacto implícito para preservarlo.
Llega la foto de rigor, a veces en el mismo patio, otras en la plaza o en el atrio de la iglesia (foto).  
Así, entre charlas y risas, los 67 comensales del viernes último, cumplieron un nuevo paso del ritual, que no es más que un canto a la amistad y a los valores de pueblo, ese que sienten que nunca hay que perder y al que todos son bienvenidos. 

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