Tras 4 años al frente del plantel superior de Sociedad Hebraica, Fernando Poey decidió dar un paso al costado como entrenador con sensaciones encontradas a lo largo de este proceso.
El técnico, que llegó en 2010 desde Olivos, resaltó los primeros años de su estadía como buenos y elogió a “los pibes que bancaron la parada” en los peores momentos que atravesó el equipo en el Grupo IV de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA). Y subrayó la capacidad que tendrán para dirigir Roger y Gustavo Rosa, dos históricos de la institución, desde 2015: “Van a dejar todo para eludir esta situación y salir adelante”.
“Tuvimos unos primeros años muy buenos, jugando muy bien con un plantel corto, pero de muy buenos jugadores, y pudimos pelear a la par por un ascenso que no se pudo dar”, le contó Poey al sitio Desde Abajo Rugby.
“Después, con los años, se fueron retirando jugadores, yendo por motivos personales, fueron mermando en cantidad, calidad y experiencia”, agregó; y analizó el nuevo plantel: “Hoy tenemos muchos chicos de 19 y 20 años que subieron y aceleraron procesos, que tuvieron que madurar de golpe y se bancaron esta parada difícil. Pero ese chip, el de crecer, intentar y dejar todo, nunca lo cambiaron, y es mérito pura y exclusivamente de ellos.”
Bien y mal
A lo largo de su ciclo al frente del equipo, Poey contó con buenos y malos momentos. Lo mejor del proceso “se dio en los primeros años, cuando le agregamos un plan de trabajo en pretemporada, hacerle un estudio de antropometría y nutrición individual a cada jugador, filmar y hacer análisis de video con los jugadores, entre otras cosas, que fueron volcadas en la planificación y el juego en sí, que muchas veces lo tuvimos. Y en este último período, a pesar de las dificultades, que los pocos que estaban no bajaron nunca los brazos y dejaron todo”.
Y lo peor estuvo centrado en “la poca cantidad de jugadores con la que contábamos, el poco recambio y falta de tamaño físico, entre otros. Esos fueron algunos aspectos que nos limitaron. Hubo partidos que tuvimos 3 o 4 suplentes y en un solo entrenamiento, tuvimos 36 jugadores, que fue el tope en estos 4 años”.
Con el fin de buscarle una salida, Poey manifestó que “junto a SAPA, son los dos clubes de toda la URBA que menos jugadores inscriptos tienen en toda la tira” porque solo en la Superior tienen entre 24 jugadores. “Es un proceso duro el captar jugadores de colegios de la colectividad, que lleva tiempo revertirlo, pero se está trabajando fuerte. No es un club cerrado y pueden jugar chicos de otras religiones, que vengan, que serán bienvenidos. Tras su alejamiento quedarán al frente Roger y Gustavo Rosa. “Son dos tipos muy capaces, muy puros del club, que van a dejar todo para eludir esta situación y salir adelante”, describió.
Gracias
En su despedida, Fernando Poey agradeció a “Hebraica y toda su gente, por darme la oportunidad de tener mi primera experiencia como entrenador fuera de mi club (Olivos)”.