Fue testigo del boom comercial y demográfico del distrito en un rubro en el que por estas tierras nunca abundó la oferta: Beto Volker, propietario de Música Pilar, compartió su recorrido con El Diario y afirmó que la música es allí donde nos refugiamos para paliar los tiempos difíciles.
Desde su local, ubicado en la calle 11 de Septiembre, entre Hipólito Yrigoyen y Bolívar, el comerciante recordó los comienzos: corría 1991 y se instaló en la avenida Tomás Márquez, arreglando televisores y artículos de audio. Luego se trasladó a la calle Ituzaingó, donde empezaron las primeras ventas relacionadas con la música –como minicomponentes-, para luego volcarse a los instrumentos musicales.
“Yo tenía pasión por los instrumentos, pasaba por una vidriera y me quedaba mirándolos, decía ‘quiero tener esto’”, afirmó. “En un viaje a Bariloche pasé por el frente de una casa de música, un local chico, y dije que esto era lo que quería tener, incluso me saqué una foto”.
En esa época todavía existía una casa de música en Pilar, en la calle San Martín. Volker indicó que “yo le pasaba cosas para que venda, pero se terminó fundiendo. Por respeto no quería poner una casa de música, pero en un momento me decidí: largué todo lo que era TV y audio y con el capital –que no era mucho- hice una compra y así empecé”.
Sin embargo, aquel local de la calle Ituzaingó era chico y la gente literalmente no entraba: si llegaban varios clientes al mismo tiempo tenían que pararse en la vereda. Para colmo, los instrumentos ocupaban todo el lugar.
Por eso, el siguiente destino fue un local de Pedro Lagrave e Ituzaingó, donde permaneció hasta fines de los ’90. “El lunes que abrí ese local ya se vendió el doble que en el anterior”. Años más tarde logró la mudanza al espacio actual, donde cada día músicos y oyentes consiguen lo que buscan.
Fanáticos
Con respecto a la clientela, Volker comentó que “el cliente busca instrumentos, sintetizadores, amplificadores, accesorios de todo tipo y demás. Lo malo del negocio es que quizás tengo una guitarra durante 7 años y no se vende, hay mercadería que se acumula”. Además, “no hay un perfil de cliente definido, algunos son fijos desde hace años y ya vienen con sus hijos. Pero se renueva continuamente”.
A su vez, reconoció que “el crecimiento de Pilar nos ayudó a aumentar la clientela, hay mucha más gente. Para el negocio es bueno, aunque prefería el Pilar más tranquilo, era más lindo antes…”.
En Música Pilar, el instrumento que más se vende es la guitarra: el precio de una criolla empieza en los $550 y una eléctrica en $750, aproximadamente. Un bajo arranca en los $900.
Por otra parte, más allá de los vaivenes económicos que ha tenido el país en estos 22 años, Beto Volker afirmó desde su experiencia que durante épocas de vacas flacas –como 2001 o 2002- “no tenía deudas y en la clientela no se sintió. No bajó el consumo, porque pasa algo especial: cuando la gente está mal parece que más quisiera instrumentos. En tiempos de crisis, la gente se refugia en la música, por eso se trabaja bien igual”.
Además, confiesa que su trabajo “es medio contradictorio, me llené de instrumentos pero no los puedo usar, me dediqué solamente al negocio. El músico no es buen comerciante, pero mi cabeza está acá, estoy todo el tiempo planificando cómo se puede mejorar”.
Para eso ya cuenta con la ayuda de sus tres hijos, a quienes incita a continuar su camino. “Mientras tanto yo estoy siempre metiendo ideas, siempre en los detalles, en cómo crecer”.
La visita del Carpo
El comerciante recuerda: “Al local anterior, de la calle Lagrave, lo armamos en un fin de semana. El domingo a la noche, cuando ya estábamos terminando, llegó Pappo. Estaba con un amigo y le decía ‘vos tenés que comprarte una ‘Epipone’, por las guitarras Epiphone. Fue muy raro, hablamos un rato pero nunca fui cholulo. Me tendría que haber sacado una foto…”.
Con local virtual
“Estamos muy bien instalados en la zona, ya no hace falta ir a Capital para comprar algo porque el local está en las mismas condiciones. Antes era distinto, había que viajar y lo que estaba acá era mucho más caro”. Recordó Beto Volker.
Sin embargo, otra gran ayuda ha sido la masividad de Internet. “Me dicen de abrir más locales, pero ya estamos en el mejor local del mundo, que es Internet, a través de Mercado Libre. Es como tener una sucursal más, y aunque no parece, lleva mucho trabajo mantenerlo bien hecho. Fui uno de los primeros que empezó con la venta de artículos de música online. Tenemos publicados en Mercado Libre unos 1.600 artículos”.