El TC volvió a la ruta y los pilarenses fueron protagonistas

Rossi, Lynn y los Videle participaron de una histórica procesión que realizó la máxima categoría del país. Unió el Obelisco con Mar del Plata, hubo máquinas históricas y su paso fue recibido por una multitud.

4 de septiembre de 2011 - 00:00

 

En Mar del Plata, el Granadero de Del Viso estuvo bien acompañado.

 

 

 

Con la Caravana de los 75 años el Turismo Carretera concretó un regreso simbólico a las rutas argentinas, el lugar que vio nacer a la categoría y más añeja del mundo contó con participación pilarense. Matías Rossi, Federico Lynn, Marcelo Videle y Roberto Videle fueron los representantes locales en la procesión que realizó la más popular del país desde el Obelisco de Buenos Aires hasta Mar del Plata, haciendo escala en Dolores.

La convocatoria, que significó de alguna manera el retorno a los orígenes del TC, estuvo formada por los autos actuales del TC, entre los que figuró Rossi, el TC Pista (Videle y Lynn) y los históricos, que le aportaron una cuota más de nostalgia. Precisamente, en ese último grupo tomó parte Roberto Videle, quien condujo el Ford Falcon con el que Walter Hernández se consagró campeón en 1993.

Luego de la partida, la caravana se trasladó por la autopista Buenos Aires-La Plata hacia la Ruta Nacional 2. Al llegar a Dolores se realizó el reabastecimiento de combustible.

A partir de las 14.30 se completó el tramo a Mar del Plata, para completar los 400 kilómetros de recorrido, con finalización frente al Hotel Provincial de Mar del Plata. El auto que encabezó la procesión fue el Chevrolet de Guillermo Ortelli y la grilla estuvo organizada de acuerdo a las posiciones finales de la última competencia, disputada en el Autódromo Ciudad de Paraná, donde venció Néstor Girolami (Torino). 

Entre los autos históricos de la caravana se destacaron, entre otros, las cupecitas Ford de los hermanos Juan y Oscar Gálvez, la Chevrolet de Juan Manuel Fangio, el auto de Ángel Lo Valvo, la Chevy dorada número 7 de Roberto Mouras, el afamado Trueno Naranja, Torino Liebre III, un Chevy Tu y el Torino que hizo historia en las 84 horas de Nürburgring en 1969. También hubo máquinas con laureles obtenidos en las últimas décadas, como las Dodge que consagraron a Antonio Aventín, Oscar Castellano y a Mouras (ésta será conducida por Pedro Dandlen), y los Torinos de Luis Rubén Di Palma.

La caravana transitó a 120 kilómetros por hora en los lugares permitidos y así le permitió a los fanáticos sentir parte de la adrenalina que se genera en una carrera, ya que muchos llevaron a sus hinchas como copilotos. Tal fue el caso de Federico Lynn y Marcelo Videle, que realizaron sendos sorteos para determinar a sus acompañantes. Aunque los pilotos transitaron gran parte del trayecto en 2ª marcha, la Caravana representó una oportunidad única para cumplir el sueño de subirse a un TC. En cuestión de seguridad, la fila estuvo dirigida por móviles de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, de la Policía de la provincia de Buenos Aires, Gendarmería y Prefectura, que colaboraron para que todo sea con normalidad, tanto para los participantes como para el público.

Finalmente, en la llegada a Mar del Plata la Caravana fue recibida por una verdadera multitud.

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