-¿Cómo vivís la cercanía del estreno de “Lombrices” (el 18, en el Lope de Vega)?
- Ensayando muchísimo... la única manera que conozco para calmar la ansiedad. Somos bastante inquietos y la verdad es que no le estamos dando respiro a la obra... Constantemente estamos pensando en ella.
-¿Qué expectativas tenés de trabajar con Martín Simeoni?
- Muy buenas. Este ha sido un proceso largo. Un par de años para conocernos, saber cómo pensamos, cómo trabajamos. Luego vino la obra, entonces, los códigos de cada uno ya eran conocidos. Trabajamos mucho y ninguna manera se impuso, sino que buscamos el equilibrio para construir desde ahí. La verdad es que aprendemos. Yo encaro estas experiencias para aprender, para que me dejen algo.
-Sin adelantar el argumento, ¿la gente se va a sorprender con “Lombrices”?
-Creo que sí... Van a vernos en personajes poco usuales, al menos en el caso de Martín... El trabajo de Rozza Orzuzza, tal vez, haya presentado o se ha acercado a estos mundos.
-La yapa: algún actor o escena que te haya perturbado de chico...
- Dennis Hopper en Terciopelo Azul. Sigo teniendo pesadillas con su actuación en esa genialidad de David Lynch. ¿En Pilar? Horacio Dann en Paradiso Perduto. No hay dudas.