por Alejandro Lafourcade
El córner vino desde la derecha, y la lluvia no le impidió ver a la pelota (¿una Pintier, quizás?) como para poner la cabeza. No era impermeable, como las de ahora, así que el barro la había convertido más en una bola de bowling. “Yuli” Ponce de León vio cómo se sacudía la red, mientras el arquero masticaba impotencia. El vencido era Julio Elías Mussimessi, “el arquero cantor”.
La anécdota es parte de la rica historia del Club Atlético Pilar y su paso por las divisiones de ascenso de AFA, una aventura que duró casi 30 años. El club se incorporó a la actual Primera D en 1953, y con el tiempo contó con valores como “Calavera” Peralta, Oscar Bravo, Carlos Cenobio y Jorge Villalba, figuras del “Rancho” en la década del ’60. La mejor campaña fue la de 1961, quedando tercero en la Zona Norte, a un punto de la clasificación del reducido por el ascenso a la Primera C. En el ’63 también estuvo cerca, pero perdió la chance frente a Villa Dálmine.
Julio “Yuli” Ponce de León debutó en la primera de Atlético en 1962, de la mano del DT Zamudio. Llegó como wing derecho, pero algunos meses después regresó a su puesto original de lateral. “En esa época le decían ‘ventilador’, hoy sería un carrilero por derecha”, recuerda en diálogo con El Diario.
“No era de hacer muchos goles, habré convertido 4 o 5”, afirma, pero sin dudas atesora uno muy especial, el que le hizo al ex arquero de Boca, por esos días una leyenda en actividad que quemaba sus últimos cartuchos atajando en Ituzaingó. “El córner vino desde la derecha y yo le pegué el cabezazo. La pelota pesaba como 300 kilos por el barro... No tiré a colocar, sólo puse la cabeza, pero fue muy lindo”. Y, para hacer justicia, remarca que “en el partido de vuelta le hizo un gol Jorge ‘El Gallego’ Parra, alguien a quien quise mucho”.
Julio Elías Mussimessi ya bordeaba los 40 años: había empezado su carrera en Boca Unidos de la Ciudad de Corrientes, y en 1944 se convirtió en jugador de Newell’s Old Boys, donde jugó once años en la Primera. En 1953 llegó a Boca Juniors, donde se mantuvo en el arco hasta 1960, ganando el torneo de 1954. Un año antes, defendió el arco de la Selección en una gira por Europa. Por sus dotes musicales y su amor por la música del litoral se ganó el apodo con el que pasó a la historia, “El arquero cantor”.
Para “Yuli”, hacerle un gol significó un recuerdo imborrable: “De chico lo tenía en las figuritas... Además, mi viejo nos llevaba a la cancha de Boca, por eso lo había visto atajar en la Bombonera. Veíamos Tercera, Reserva y Primera, nos pasábamos el día viendo fútbol”.
El partido se jugó de visitante, y Atlético perdió 2 a 1. Aún recuerda el barro y la lluvia, que hacía difícil el traslado. Sin embargo, Ponce de León aprendió de chico lo que eran las canchas del ascenso: “Yo tenía 16 o 17 años, en ese momento era bastante joven como para jugar en Primera. Me puso Zamudio, que había jugado en Argentinos, y cuando vendieron a Bravo –precisamente al club de La Paternal- quedé como 4. Dejé de jugar a los 25, ya que cuando falleció mi papá tuve que dedicarme a la cochería”. Antes, se dio el gusto de jugar en la Primera de Atlético con su hermano Jacinto, “Pato”, un enganche exquisito.
La antigua cancha de Atlético estaba ubicada en Lauría y Camilo Costa. “La gente venía según la campaña, pero siempre había público. Para la época, una media de 120 personas era bastante gente. Además, venían a Pilar jugadores que habían actuado en Primera A, como el ‘Hueso’ Glaría y Miguel Tojo, y para uno jugar con toda esa gente era cumplir el sueño del pibe”.
Ponce de León colgó los botines en 1971, y entre el ’76 y el ’78 formó parte de la Subcomisión de Fútbol. En esa época, el club tuvo que pensar en desafiliarse de la D por la dificultad de solventar los gastos, sumado a la ausencia de la cancha. El final llegó en 1980, con un equipo dirigido por el querido “Pajarito” Acosta, que salió segundo en la primera rueda, pero que no pudo sostenerse en las revanchas.
Para el final, “Yuli” confiesa un motivo más por el que gozó tanto con su gol: “Soy hincha de River, en medio de una familia de Boca, la oveja negra. Por eso te imaginarás el festejo...”.