Cartas de Lectores

18 de junio de 2010 - 00:00

 

Un arroyito en medio de la calle

 

Sr. Director:

Los vecinos del barrio San Enrique del Pilar, pequeño barrio que sólo ocupa pocas cuadras del barrio antes llamado Los Vascos, queremos que todos sepan que vivimos en un barrio muy lindo. Tenemos un jardín de infantes en una de nuestras cuadras, el jardín oficial 911.

Nuestro intendente ha hecho asfaltar una de las calles principales que entran a nuestro barrio, que es la calle Battaglia, y algunas linderas.

Pero la calle Yapeyú, que bordea el jardín de infantes es una de las que aún no ha sido asfaltada. Esa calle es un camino directo para muchos chicos que asisten al jardín, pero lamentablemente se encuentra en muy malas condiciones y está cerrada al tránsito y al paso de peatones por una gran zanja que han tenido que hacer algunos de los vecinos para evitar volver a inundarse los días de mucha lluvia.

Es así que la calle Yapeyú, desde hace casi un año, está cortada por un arroyito con agua estancada que se pudre cada día y donde crece abundante vegetación salvaje.

Hemos soportado los aromas y mosquitos que despidió todo el verano este arroyito, además de haber encontrado una linda tortuga de agua y centenares de sapos y ranas, los cuales seguramente encontraron un hábitat confortable para vivir.

Nos hemos dirigido a la Municipalidad y al señor Kastelic, pero a la fecha no hemos recibido a ninguna persona responsable que nos dé una respuesta positiva. Además, muchísimas personas en sus vehículos han experimentado lo que es quedarse atrapado en un arroyito que cruza la calle.

Tan sólo si el Municipio no tiene el dinero para asfaltar la calle, sólo pedimos un par de caños y una máquina que alise la calle y la haga transitable, por lo menos para nuestros niños, que día a día llegan al jardincito.

 

Vecinos del barrio San Enrique del Pilar.

 


 

Quejas contra el Austral

 

Sr. Director:

A través de este medio quiero dirigirme a las autoridades del Hospital Universitario Austral. El día 12 de mayo tenía prevista una biopsia hepática, prevista con mucha anterioridad. Donde mi obra social, Centro Médico Pueyrredón, me había comentado que contaría con habitación privada durante el lapso de observación.

Lejos de todo esto, el estudio e intervención fue en una sala común donde tuve que participar de “todo”.

Para poder ir al baño, una enfermera me acompañó, con suero en mano, a recorrer un largo pasillo, con una bata abierta donde me sentí ultrajada, y pensaba en mi pudor, que ante un médico es una cosa, pero frente a otros pacientes y acompañantes es otra.

No sólo esto, sino el maltrato del médico que me practicó la biopsia, el Dr. Carlos Martín Rewe; cuando le pedí mi habitación, me dice en forma textual: “si no le gusta está a tiempo de retirarse”.

Ante mi ansiedad y nerviosismo por no saber cuál es mi diagnóstico, accedí. Pero mi pregunta es ¿Todo lo que me falta por hacer será de igual manera o se tomará en cuenta mi situación? Solicito al hospital una respuesta escrita lo antes posible, de lo contrario, seguiré insistiendo pero ya en forma conjunta a mi obra social.

 

Ruiz Graciela Liliana, DNI 14.670.514 

 

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