Desesperante situación de una mujer y sus seis hijos

Ella y su hija de apenas 3 años tienen HIV. Su marido los abandonó y ya no tiene dónde vivir. Encima, dos de sus chicos adolescentes padecen graves problemas de salud.

4 de marzo de 2010 - 00:00

Eva María, junto a la pequeña Florencia. Todos necesitan ayuda. 

 

 

A Eva María le cuesta comprender por qué su vida es una constante de sufrimientos. No terminó el ciclo primario por tener que salir a trabajar en los campos de Corrientes. Muy joven, empezó a tener hijos, y la búsqueda de un lugar en la Tierra la trajo con su pareja al barrio El Bajo, de Presidente Derqui.

La pareja se ubicó en el terreno de su cuñada, en el 1030 de la calle Suiza. Una muy precaria construcción los cobijaba con sus seis hijos. Hace unos años contrajo HIV y Florencia, una de sus criaturas de 3 años, recibió ese virus en el embarazo.

Su compañero la abandonó para quedar a merced de la falta de trabajo, y si lo consigue no tiene quién cuide o prepare la comida a los chicos, y esto último porque sólo se alimentan dos veces al día en comedores comunitarios o con el arroz, fideos y conservas de la bolsa alimenticia que entrega el área de Acción Social de la Municipalidad.

Pero su purgatorio no termina allí. Es que Lisandro, de 14 años, es epiléptico y por la falta de medicamentos sufre convulsiones a diario. Luego está Jeremías que, con sólo 15 años, ya le operaron tres veces una válvula del corazón y es un paciente de alto riesgo.

Con los meses, la muy precaria vivienda de cartón y chapas hecha por su ex concubino se fue cayendo. Hasta que habló con Jesús El Indio Fleyta, y éste le dio una carpa en buen estado. “Ya se había caído el techo, y entonces con cuatro palos pusimos arriba la carpa y en el suelo algunas tarimas donde dormimos”.

El paupérrimo cuadro se completó con las intensas lluvias de la semana pasada y días posteriores. El agua arrasó con lo poco que tenía y junto a otras personas fue evacuada. Paralelamente, hace poco su ex cuñada le pidió que se vaya, y sin rumbo fijo llegó hasta Acción Social de Pilar para gestionar, al menos, un subsidio, un terreno, o la adjudicación de una vivienda popular.

“Hace más de un año que pido ayuda en la Municipalidad, pero sólo recibo el bolso (alimenticio), les pido por favor que alguien me ayude, yo no soy usurpadora y no lo quiero ser pero, ¿dónde voy a estar con mis seis hijos”?, dice Eva mientras intenta calmar, sobre sus rodillas, el llanto de Florencia, su pequeña que padece de HIV.

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