Mauro Stábile y Víctor González, en la cumbre del Lanín.
Gustavo, Mauro, Víctor y Gonzalo, en la base del volcán.
Llegar hasta la cima de un volcán y desde allí contemplar el espectacular paisaje del sur, es un gusto que no todos pueden darse, sólo los que se animan a tomar el desafío. En los últimos días, cuatro amigos pilarenses ascendieron al volcán Lanín, de 3.776 metros de altura, uno de los mayores picos del país, y dos de ellos llegaron a la cumbre. Tras dos días de travesía, ambos relataron su inolvidable experiencia a El Diario.
“La idea salió a mitad del año pasado. Siempre buscamos actividades entre amigos, yendo a lugares específicos que no conozcamos”, expresó Mauro Stábile, contador, que se decidió a emprender la subida junto a Víctor González (veterinario), Gonzalo Velázquez (profesor de Educación Física) y Gustavo Bottarelli (comerciante).
El grupo estuvo compuesto por once personas, conducidas por tres guías. “La verdad es que no sabíamos bien de qué se trataba, lo encaramos y fuimos”, reconoce Mauro. “Pensamos que era un evento más sencillo, o menos dramático –agrega Víctor-. Fue mucho más difícil de lo que nos imaginábamos, pero si hubiese sido fácil nos habríamos vuelto con un sabor amargo. Es un grado de dificultad justo, porque cuesta, pero se puede llegar sin antecedentes de montañismo”.
Los amigos llegaron a Junín de los Andes el 24 de enero, y a las 6.30 salieron hacia el volcán, al que llegaron en menos de dos horas. La primera travesía duró alrededor de 7 horas. Víctor relata: “Llegamos al primer refugio a eso de las 15, cargando mochilas de hasta 13 kilos de peso, entre comida, agua y bolsa de dormir. Es una subida de piedra suelta y polvo, en senderos que si uno pisa mal puede caer en un precipicio”.
Cuando llegaron al campamento base, luego de comer y descansar un rato era momento de cumplir la segunda etapa. “Ya estábamos bastante cansados, con ampollas, dolor de espalda y deshidratados”, cuentan. A las 2 de la mañana del 25 se despertaron y partieron a las 3, en plena noche y con temperaturas de hasta -10º. Allí comenzó la etapa de la nieve: “Caminábamos con cascos de minero, que sólo nos permitían ver la pisada del que iba adelante. Se sube con piquetas y bastones de esquiar. Mientras uno camina soporta el frío, el problema es frenar, íbamos siempre en fila y en zigzag”, comenta González.
Envión final
A 2.500 metros de altura, el grupo llegó al Club Andino Junín de los Andes (CAJA), un pequeño refugio. Víctor recuerda que en ese momento “los ánimos ya habían cambiado, muchos desistieron de llegar a la cumbre y a otros el guía les impidió seguir”. Quedaron cuatro: dos médicos que habían hecho varias expediciones, González y Stábile, para hacer el tramo final, de 1.300 metros.
“Mientras caminábamos de noche no se podía hablar. Nadie emitía un sonido. En cada paso uno va pensando, tratando de concentrarse en mantener el ritmo de la respiración y el cardíaco”, indican. Mauro agrega que “a los 3.500 nos frenaron y nos dijeron que ya faltaba muy poco, pero venían los 200 metros más peligrosos: el que se caía iba a ser muy difícil de encontrar. Había que hacerlo muy lento y concentrado, debido a la gran pendiente”.
Tras casi tres horas para hacer el último tramo, finalmente llegó la cumbre: “Fue una alegría inmensa, ahí cargamos muchas energías”, afirma Víctor. “Nos tiramos a descansar un rato, nos abrazábamos, nos felicitábamos, llorábamos. Estuvimos unos 20 minutos y luego comenzó el descenso”, añade.
Mientras miran las fotos y videos del logro, Stábile asegura: “Conseguimos lo que fuimos a buscar, una aventura con amigos. No fuimos a hacer cumbre, básicamente queríamos estar entre amigos, para disfrutar juntos y lo logramos”.
3.776
Metros de altura sobre el nivel del mar tiene la cumbre del volcán Lanín, ubicado en la Provincia de Neuquén.