La profesora Mariela Herou junto a su grupo de alumnos, en el comienzo de la presentación en la USAL.
La consigna lo anticipaba y ayer quedó demostrado: con música no hay diferencias. Músicos y cantantes profesionales, chicos con Síndrome de Down y un maestro del jazz protagonizaron un concierto único en la biblioteca de la Universidad del Salvador.
La velada fue organizada por la Asociación Síndrome de Down Pilar y fue apadrinada por Jorge Navarro, quien es considerado el mejor pianista de jazz del país.
Sin diferencias y con la música como denominador común, los protagonistas de la tarde ofrecieron un cálido concierto donde la integración dejó de ser una promesa.
Además de la participación de lujo de Jorge Novarro, el espectáculo reunió a músicos invitados, entre ellos Julieta Rosso y sus alumnos del taller de vocalización y canto de la Municipalidad de Pilar, el guitarrista Osvaldo “Chino” Martinelli, el bajista Gastón Richardson, el tecladista Pepo Rovelli y el baterista Rubén González.
La percusión estuvo a cargo de Santiago González Allende, Sofía Marino, Santiago Richardson y Maitena Cantero, cuatro chicos con Síndrome de Down, alumnos de la pianista y profesora de música, Mariela Herou.
El concierto se completó con la proyección de una serie de videos de Toribio Pérez Cobo, Valentina Lizarraga y Juan Pedro Navarro, también alumnos de Herou, tocando instrumentos en sus clases de música.
Sin diferencias
La Asociación Síndrome de Down Pilar fue creada en marzo de este año por padres de chicos con dicha enfermedad, y por insistencia de Mariela Herou que desde hace más de 30 años se dedica a la enseñanza de música a chicos con capacidades diferentes.
La intención de la entidad es enseñar a través de la difusión qué habilidades y capacidades poseen y pueden desarrollar los chicos con Síndrome de Down, para lograr su integración en la sociedad.
“El objetivo de la Asociación es informar porque creemos que el tema de la discriminación y la no aceptación del discapacitado tiene que ver con la desinformación”, explicó a El Diario la docente que actualmente cuenta con ocho alumnos con capacidades especiales, de entre 4 y 9 años.
Aclarando que el enfoque de sus clases es pedagógico musical y no terapéutico, aseguró que “la música favorece la calidad de vida para todos”. “La música lo que hace es afinar la sensibilidad de la persona, no todos tienen que ser profesionales, pero sí transitar alguna expresión del arte porque eso te beneficia el alma”, expresó Herou, para agregar que “lo que tiene la discapacidad es que te plantea la dificultad ahí adelante y para eso habrá que diseñar otras técnicas, pero todos tenemos dificultades que pueden ser emocionales”.
En este sentido, la docente definió a la música –y a los sonidos en general- como “el código de las emociones” y explicó que “la música en su construcción contiene ese código por eso es fácil comunicarse con un niño mediante una obra musical”.
En relación a los efectos que la música tiene para los chicos, y sobre todo la posibilidad de poder exponer su aprendizaje en un escenario, Herou destacó que “se produce un ida y vuelta en el plano de la comunicación”.
A su vez, este tipo de presentaciones “refuerza la autoestima de los chicos y se produce el reconocimiento del otro en un plano productivo”. “Siempre que se piensa en discapacidad, se piensa en lo que no se puede hacer, aquí sucede lo contrario”, agregó.
Discriminación
Mientras se instalan en la sociedad términos como “capacidades diferentes”, “necesidades especiales”, entre otras nuevas formas, aparentemente menos agresivas de referirse a la discapacidad, las acciones concretas orientadas a la integración parecen seguir siendo escasas.
“Hay mucha jurisprudencia y mucho avance desde ese lugar en el tema de la inclusión, pero la sociedad no acompaña”, opinó Herou.
“La sociedad no incluye lo suficiente y en el fondo es bastante hipócrita, pero es discriminatoria también con el boliviano, con el que tiene una pierna más corta y con el que se equivoca”, añadió.
Según la profesora, el rol de los docentes es fundamental en el camino hacia la integración. Así refiriéndose a la iniciativa del sistema educativo de integrar a los chicos con capacidades diferentes en los colegios convencionales, consideró que “la idea legal es muy buena pero al llevarla a la práctica se plantea uno de los principales problemas del sistema educativo que es la falta de formación de los docentes”.
Así, recordó que “los tiempos de los chicos con Síndrome de Down son más lentos”, algo que es fundamental que sea contemplado por el maestro para evitar las frustraciones.
En sus clases de iniciación musical, Herou utiliza el llamado instrumental Orff. Se trata de instrumentos de acceso rápido y eficaz en la producción del sonido.
Asociación Síndrome de Down Pilar
Se trata de un grupo de madres, padres y profesionales que desean dar a conocer qué es el Síndrome de Down y permitir a través de este proceso de difusión, enseñar qué habilidades y capacidades poseen y pueden desarrollar, para lograr su integración en la sociedad.
Además de la difusión, la entidad tiene como objetivos desarrollar actividades relacionadas con la cultura y deportivas, teniendo en cuenta que en estos ámbitos es donde las personas con esta condición logran un gran desarrollo y se integran a la sociedad. Contacto: [email protected]
