Los vecinos de Parada El Gallo, en el kilómetro 11,5 de la ruta 25 camino a Moreno, comprobaron con alivio la noticia que esperaban desde hacía unos 16 años. Finalmente, en los últimos días comenzó el desmantelamiento de la planta hidrocarburífera Verasur, radicada en la zona desde 2008 y destinataria de decenas de denuncias por contaminación.
La refinadora y comercializadora de derivados de petróleo, que últimamente funcionaba solo como depósito de combustibles gracias a una medida cautelar, terminará de ser desguazada en un plazo máximo 40 días, según consta en el plan entregado al Municipio para confirmar su salida.
El desarme está a cargo de la empresa Combustibles Ítalo Argentino, que dividió las tareas en tres etapas. La primera consta del retiro del equipamiento eléctrico, las torres de refinación y los intercambiadores, que se encontraban sin uso.
La segunda quitará el horno vertical y las torres de enfriamiento. La tercera, en tanto, se llevará las restantes torres de refinación, hornos verticales, tanques de almacenaje y todos los elementos accesorios, hierros, tubos y equipamiento necesario para el funcionamiento.
“La empresa se encuentra inscripta dentro del registro de generadores, transportistas y operadores de residuos peligrosos, motivo por el cual puede realizar los procedimientos necesarios para poder desarmar y llevarse lo quede de la planta teniendo en cuenta todas las medidas de seguridad pertinentes”, señala la nota que lleva la firma Juan Ignacio Boccio, director de la compañía.
Medio ambiente
Desde el Municipio celebraron la salida de la empresa e inscribieron el desenlace en el marco de la “política anticontaminación” que sostiene la gestión de Federico Achával.
A la vez, compararon la resolución con la del desmantelamiento final de la planta de generación termoeléctrica APR, de Villa Rosa, también cuestionada por su impacto ambiental.
En este caso como en aquel, desde el gobierno describieron una “larga pelea judicial” con medidas cautelares cruzadas que ya paralizaban el funcionamiento de las compañías cuestionadas o permitían su operación total o parcial.
En el caso de Verasur, con varias clausuras en su haber, funcionaba hasta hace poco solo como depósito de hidrocarburos, sin capacidad para refinar petróleo.
Lo había conseguido mediante una medida cautelar obtenida de la Justicia con el argumento de preservar 10 fuentes de trabajo.
Ahora, con el desarme de la planta, se pone fin a una larga historia de reclamos vecinales presentados durante años por las víctimas de la contaminación.