La motosierra que el presidente Javier Milei enarbola como emblema de su inédito plan de ajuste atravesó, este martes, el corazón de un sueño de miles de pilarenses. Una resolución del Ministerio de Capital Humano, que conduce Sandra Pettovello, suspendió la puesta en marcha de la Universidad Nacional de Pilar y de otras cuatro casas de estudio, cuya creación había sido sancionada por ley en el septiembre del año pasado. Se trata de las universidades de Río Tercero, en Córdoba; de Ezeiza, Del Delta y la de las Madres de Plaza de Mayo.
La resolución, que ya está firmada aunque aún no fue publicada en el Boletín Oficial, establece la puesta en marcha de un “proceso de revisión de la creación e inicio de actividades académicas de las nuevas instituciones universitarias nacionales creadas” el año pasado “con el fin de determinar el efectivo cumplimiento del procedimiento para su creación y funcionamiento objetivo”.
A la vez, da por tierra con una serie de resoluciones aprobadas por el Ministerio de Educación del Gobierno anterior para cimentar el camino de la puesta en marcha de las universidades.
En concreto, la medida significa un freno al proceso de apertura de la universidad, aunque no la derogación de su creación, que debería darse por ley del Congreso.
Argumentos
En los fundamentos de la medida, Pettovello sostiene que la intención es “evitar la duplicación y superposición de estructuras jerárquicas y garantizar que la oferta educativa cumpla con la calidad y pertinencia debida”.
Para eso, sostiene que “resulta necesaria la adopción de medidas tendientes a revisar el inicio de actividades académicas” de las universidades para determinar el cumplimiento de una serie de puntos:
- “Si el procedimiento administrativo exigido por la Ley de Educación Superior para crear nuevas universidades fue debidamente cumplido”.
- “Si las condiciones allí establecidas fueron realmente satisfechas y se encuentren debidamente documentadas”.
- “Si la pertinencia, oportunidad y la previsión del crédito presupuestario correspondiente, en base a un estudio de factibilidad, avaló la iniciativa”.
La Universidad Nacional de Pilar fue aprobadas el 29 de septiembre del año pasado por el Congreso, tres años después de presentado el proyecto por parte del intendente Federico Achával, y tras una ardua negociación política.
La iniciativa cuenta con respaldo de miles de pilarenses que firmaron los petitorios que, en su momento, Achával entregó a los legisladores para acompañar la iniciativa que, ahora, el gobierno libertario mandó a un limbo en el que su futuro vuelve a ser incierto.
