Éxodo de manteros senegaleses en medio del debate por la venta ambulante en Pilar

Mientras vuelve a hacerse presente el debate sobre los caminos para regular la actividad de la venta ambulante en el distrito, un cambio se hace evidente en las calles del centro. Los manteros senegaleses, cuya presencia en las veredas creció velozmente en los últimos años, comenzaron a lentamente a dejar Pilar.

Cerca de la mitad de los vendedores que ofrecían sus productos en la zona de la plaza 12 de Octubre dejaron la zona o directamente se fueron del país, mientras que una proporción similar se reconvirtió al comercio formal.

La principal explicación no es política ni judicial, sino económica, aunque con ribetes culturales y hasta administrativos.

La dificultad para hacerse dólares en la Argentina desincentiva la llegada de migrantes africanos y, por el contrario, alienta la búsqueda de mejores horizontes.

Es que la mayoría dejó familia en Senegal -más de una en algunos casos- a la que asiste con parte del producto de la venta callejera. Actualmente, el envío de remesas en dólares es una misión casi imposible, explicaron a El Diario especialistas en la situación migratoria.

Agregaron que la comunidad senegalesa no suele tener un lazo estrecho con el territorio donde vive. Una relación conflictiva con el idioma y su asentamiento en comunidades cerradas contribuye a hacer más fácil el desplazamiento de un lado a otro.

Sin embargo, el principal escoyo es administrativo. Y ahí es donde el Municipio de Pilar tuvo un rol central, a través de un trabajo silencioso de asistencia que realizó en los últimos meses.

En principio, se trabajó con el idioma, para que la comunicación fuese más fluida. Pero la mayor dificultad fue burocrática: la ley migratoria establece que el trabajo formal es un puente para acceder a la legalización de la residencia. De ese modo, muchos pudieron tener documentación a partir de la registración como monotributistas sociales.

Con documentos y algo de recursos ahorrados para poder enviar a sus familias, muchos decidieron irse en busca de un destino más propicio para su supervivencia. Europa es la meca a la que la mayoría aspiran llega y a la que solo unos pocos accederán.

Otros, sin embargo, se reconvirtieron y cambiaron la manta por el alquiler de un local, donde comenzaron negocios formales. Para eso, fue clave aprender el idioma.

Proyecto de ley
A principios de este mes, funcionarios nacionales, provinciales y locales iniciaron en Pilar el debate para redactar un proyecto de Ley que regule la actividad de trabajadores de espacios públicos, entre ambulantes, feriantes y artistas callejeros.

Entre otros aspectos, buscan crear un registro exclusivo; el otorgamiento de permisos para comercializar y ofrecer servicios libremente en la vía pública; y las sanciones hacia funcionarios públicos que no respeten el derecho de los trabajadores populares.

Del debate, que se dio en el Predio Unión Ferroviaria participaron más de 200 trabajadores  de las actividades involucradas. Se cree que en Pilar hay entre 300 y 500 familias cuyos ingresos dependen en alguna medida del comercio o los servicios en la vía púbica.

Contra lo que podría creerse, la intención de regular la actividad puso en alerta al comercio formal. La Cámara de Comercio de Pilar (SCIPA) señaló en un comunicado haber recibido la noticia “con preocupación”.

“Somos conscientes del difícil momento que el conjunto de la sociedad está atravesando, y en particular el comercio que redunda en la falta de trabajo”, señalaron, pero pidieron “reglas claras y equitativas para todos”.

“Es nuestra voluntad trabajar para las soluciones y convivencia de todos los habitantes, en el entendimiento de reglas claras y equitativas para todos. Un país serio se logra con el aporte de todos en igualdad de condiciones”, señaló SCIPA.

El dato

Se estima que en Pilar hay entre 300 y 500 familias cuyos ingresos dependen en alguna medida del comercio o los servicios en la vía púbica.