Un abogado pilarense propuso un protocolo para la apertura de comercios y pymes, un cúmulo de medidas que, según expresa, “fueron recepcionadas positivamente por los gobiernos de Italia y España, como, de igual manera, algunas de ellas nacieron a instancias de la Organización Mundial de la Salud”.
El autor, Marcelo Echevarría, considera que se trata de un sector “devastado” y que aún está a la espera “de su peor impacto, el cual podrá o no será letal”. No obstante, si bien considera que “todo el comercio pilarense pide a viva voz retomar su actividad, a mi criterio creo que no retomará actividades toda vez que la localidad posee índices de contagios que son evaluados minuciosamente por las autoridades a cargo de la problemática de salud o, de retomar, dicha actividad será parcial”.
Una de las propuestas consiste en realizar “al menos dos veces al día una limpieza y desinfección de instalaciones, especial atención en manijas de puertas, mostradores, muebles, pasamanos, máquinas dispensadoras, suelos, teléfonos, carros, cestas y grifos. La última de esas limpiezas siempre deberá realizarse al finalizar el día laboral”.
A su vez Echevarría propone “extender el horario de atención al público, otorgando una franja horaria a las personas mayores que se encuentran segmentadas como factor de riesgo”. También sugiere que el protocolo incluya “lavado y desinfección diaria de ropa de trabajo de forma mecánica” y “garantizar la ventilación adecuada dentro del comercio o lugar de trabajo”.
“Cuando sea posible la atención personalizada de más de un cliente al mismo tiempo deberá señalarse en forma clara la distancia de seguridad interpersonal de dos metros entre clientes, con marcas en el suelo o mediante el uso de carteles o cualquier otra señalización”, es otro de los aspectos que el abogado pide tener en cuenta.
La casi treintena de puntos del protocolo además se refiere a que “la distancia entre el vendedor o proveedor de servicios y cliente será al menos de un metro si ambos cuentan con todos los elementos de protección (rostro y manos) y de dos metros de no contar con algunos de estos elementos”.
En tanto que para los casos de los autoservicios pide que un trabajador del establecimiento sea quien preste el servicio “con el fin de evitar la manipulación directa por parte de los clientes de los productos”.
También recomienda cambiar los sistemas de control de fichaje como huella dactilar, “por otro que garantice medidas higiénicas adecuadas”, y para el caso de peluquerías, centros de estética o fisioterapia “se deberá utilizar el protocolo adecuado (rostro y manos), debiendo asegurar en todo caso el mantenimiento de la distancia de dos metros entre un cliente y otro cliente”.