Algunos pilarenses nos desayunamos ayer la nota de opinión de Walter Roldán, un candidato a concejal de nuestro distrito. Algo bastante similar a desayunar con una ensalada de frutas.
El origen de la nota refiere a la desaparición forzada de Santiago Maldonado con la presunta intención de despolitizar el tema. Para ello, realiza una concatenación de afirmaciones tan disparatada que cuesta encontrarle el hilo conductor.
Habla del terrorismo de Estado como caso resonante y nunca esclarecido, desconociendo los fallos de los juicios por la memoria, verdad y la justicia. Mezcla crímenes de lesa humanidad con las muertes del fiscal Nisman y el hijo de Carlos Menem. Por último, plantea que habría un misterio abierto respecto de la muerte del ex Presidente de la Nación, Néstor Kirchner.
Parece una parodia del sketch "Hablemos sin saber”.
Siempre es bienvenida la iniciativa de quien se toma el trabajo de escribir lo que piensa y procura publicarlo, ya que el derecho a decir y publicar lo que pensamos, es constitutivo de nuestra democracia. Me pregunto si el Sr. Roldán publica por la indignación y desasosiego que nos genera como sociedad la desaparición forzada de Santiago Maldonado, o utiliza una cuestión tan sensible como excusa para prender la luz de su escenario de un año electoral.
Platón nos ayudaría a explicarle al Sr. Roldán la diferencia entre la opinión, suerte de conocimiento superficial basado en la imaginación o en creencias, y el conocimiento sólida y racionalmente fundado. Todas las personas tenemos responsabilidades ante la sociedad; se espera de quien pretende representar a sus vecinos, las ejerza con seriedad, estudiando y formándose, para poder manifestarse con ponderación y templanza.
Le recomiendo la lectura del Art. 13 del Pacto de San José de Costa Rica sobre la libertad de prensa y de expresión, que contribuirá a su formación general y a encontrar un rumbo más claro a sus ganas de expresarse. Cito el Pacto (que es la Convención Americana sobre Derechos Humanos), porque expresa las ideas que articulan los deberes indelegables del Estado en materia de DDHH y nuestro derecho a manifestarnos en la defensa y el respeto a estos valores que fundan una sociedad democrática.
Como cada vez que exigimos la Aparición con Vida de Santiago Maldonado.