Busco mi destino
En esta sección ya hemos descripto las cambiantes simpatías que viene demostrando la concejal Rosa Baiz. Sin ruborizarse, quien arrancó en la CC, mostró empatía con el gobierno, coqueteó con el macrismo y ahora tiene bloque propio, confiesa que busca renovar su banca pero no sabe con quién. Tal vez por eso justifique la foto que meses atrás se sacó durante una visita de De Narváez al distrito, y que ayer obtuviera una similar con Chiche Duhalde.
Un poco de cordura
Finalmente el oficialismo se puso de acuerdo y votó el estacionamiento medido, el mismo que ya había votado hace 45 días y que viene debatiendo hace más de dos años. Por eso, las palabras del denarvaísta Diego Ranieli al levantar su mano para apoyar la iniciativa fueron el cierre prefecto a este capítulo. “Yo voy a acompañar este proyecto, como lo hice hace un año, como lo hice hace dos, pero le pido al oficialismo que se ponga de acuerdo y no me lo haga votar otra vez dentro de tres meses”. Lapidario.
Más vale tarde…
En la sesión del viernes pasado, el Concejo Deliberante homologó una serie de contratos de alquiler del Municipio, donde funcionan varias dependencias oficiales. Hasta ahí, nada raro; salvo que los contratos eran de marzo de 2009.
Si Evita viviera…
La mujer estaba almorzando en el restaurante Estación Pilar. Cuando vio el revuelo por la llegada de Chiche Duhalde, no dudó en pararse y correr para saludarla. Antes de estampar un beso dijo: “Chiche yo soy admiradora suya y de su marido”. El problema es que no besó a Hilda González de Duhalde, sino a una asistente que estaba al lado de la senadora.
Se vino el zurdaje
Silvana Aguilar, la anfitriona de la visita de Chiche Duhalde, hizo gala ayer de un poder de síntesis envidiable y libre de la “cháchara” tan característica de nuestros dirigentes. Cuando un periodista de este medio le preguntó qué estaba pasando que la mujer del ex presidente no iba a ir a Derqui contentó: “se juntaron muchos zurdos”.
“Autos, jets, aviones, barcos…
…se está yendo todo el mundo”, cantaba Seru Giran a fines de los 70. La canción del grupo que lideró Charly García sirve para graficar el éxodo de funcionarios de toda clase y organismo en los últimos días. Playas del Caribe y ron para uno, el verano europeo para otro… Al final, el más modesto fue el intendente Zúccaro, con su escapadita a Puiggari, aquí nomás, en Entre Ríos.