Continúa la investigación por el crimen de Roberto Wolfenson, ingeniero que fue asesinado en su vivienda del country La Delfina, de Presidente Derqui. En las últimas horas, la familia de la víctima apuntó contra los primeros médicos que llegaron al lugar, quienes dictaminaron que el hombre había fallecido por causas naturales producto de una arritmia, a pesar de las numerosas señales de que se trataba de un homicidio.
Por esto, el abogado de los hijos de la víctima, Tomás Farini Duggan, adelantó que se pedirá que se investigue a esos médicos ya que consideran que habrían entorpecido la investigación durante las primeras horas de descubierto el cuerpo, hasta que la autopsia demostró que se había tratado de un asesinato.
“Nos resulta llamativo que digan que fue por un paro cardiorrespiratorio cuando el cuerpo mostraba a las claras que había sido un homicidio. Cualquier persona se da cuenta de que no fue una muerte natural, porque su cara estaba llena de sangre”, expresó el abogado al canal TN.
“Había una mancha de sangre muy grande alrededor del cuerpo -agregó-, tenía signos de defensa en las manos y en los dedos, también golpes en la cara que se veían a simple vista. Él no era un paciente grave, solamente tenía una arritmia, que no era compatible con un infarto de miocardio que habría sufrido".
Además, indicó que "la escena tampoco era compatible con un infarto. Hay que investigar a los dos médicos que firmaron el certificado de defunción. Ellos lograron entorpecer la causa, porque la escena fue dañada. Una vez que se llevaron el cuerpo, se limpió el lugar”.
Pero, a su vez, para Farini Duggan el cuerpo de Wolfeson fue “plantado” en la habitación donde fue encontrado, un cuarto de huéspedes de su domicilio. “Yo creo que el cuerpo fue instalado en el lugar -arriesgó-, porque la cabeza estaba abajo de la estufa y no tenía ningún rastro de sangre. Si hubiera muerto ahí, la estufa tendría que tener al menos una pincelada o arrastre de sangre. El cuerpo no estaba ahí, alguien lo puso. Con luminol se determinó que había pequeñas manchas de sangre en otras partes de ese cuarto: en el colchón y en la pared arriba de la cama”.