Los fiscales del juicio por el crimen de María Marta García Belsunce pidieron este viernes ampliar la acusación contra Nicolás Pachelo y dos exvigiladores, al imputarles la comisión de un homicidio doblemente agravado, no solo por “criminis causa”, como habían llegado elevados a este debate, sino ahora también por “alevosía”.
El planteo fue formulado al término de la 16ª audiencia del juicio, por parte del fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, ante los miembros del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro.
“Somos de la convicción que el homicidio que damnificó a la señora María Marta García Belsunce el 27 de octubre de 2002, incontrovertiblemente a manos de Nicolás Roberto Pachelo, fue cometido por alevosía”, aseguró Ferrari en su exposición.
Tanto para este fiscal como para sus colegas Andrés Quintana y Federico González, Pachelo asesinó a María Marta “en estado de indefensión y en el modo de actuar sobre seguro”.
Ferrari basó su pedido en varias declaraciones testimoniales ante el TOC 4, como por ejemplo la del comisario Alejandro Elorz, quien dijo que, según se determinó en la investigación, “el agresor se aprovechó del estado de indefensión de la víctima y tras el primer disparo, actuó con desventaja”.
También mencionó el testimonio de Leila Keller, quien sostuvo que “la mataron como un perro, sin ningún tipo de misericordia”, el de la hermana de la víctima, Irene Hurtig, quien afirmó que su hermana “fue atontada por los primeros disparos” y que el agresor “la atacó indefensa”; y el del forense Héctor Moreyra, quien explicó “la existencia de un periodo de agonía irreversible desde un segundo disparo”.
“El homicidio alevoso es el crimen cobarde”, indicó Ferrari, quien señaló que Pachelo eligió la tarde para matar a María Marta y que actuó sobre seguro porque “sabía que en la casa no había nadie”.
Para la fiscalía, el crimen de la socióloga se encuentra encuadrado en los incisos 2 y 7 del artículo 80 del Código Penal argentino, los cuales describen un crimen perpetrado hacia una mujer “con ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso”, y “para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito”, que prevén una pena de prisión perpetua.
La defensa de Pachelo pidió la nulidad sobre lo expresado pero finalmente el tribunal, con el juez Federico Ecke a la cabeza, dio lugar a la solicitud de la fiscalía y aclaró que será analizado al momento de dar a conocer la sentencia.
Acto seguido, Pachelo, José Ortíz (45) y Norberto Glennon (56), presentes durante toda la audiencia, fueron notificados de la nueva imputación.
Declararon empleados de una confitería
El encargado y un mozo de la confitería de una estación de servicio ubicada en Avenida Tratado del Pilar y Panamericana, en Pilar, aseguraron en el juicio que Nicolás Pachelo les preguntó la mañana siguiente a la muerte de María Marta García Belsunce si habían escuchado algo relacionado “al crimen de la mujer en el country”, cuando en ese momento se creía que la causa de muerte había sido un accidente en la bañera.
El encargado Walter Mantovani y el mozo Miguel Ángel Monzón coincidieron en que Nicolás Pachelo (46) llegó “entre las 6 y 7 de la mañana” del lunes 28 de octubre de 2002 a la estación de servicio Esso (hoy Axion). Según los testigos, estaban preparando el salón cuando Pachelo ingresó, pidió una lágrima en jarrito y unas medialunas, y al cabo de unos minutos se acercó a la barra en dónde se encontraba Montavani.
“¿Che, saben algo de la mujer que mataron en el country?”, coincidieron los testigos al indicar la pregunta que les hizo Pachelo, antes de pedirles el diario de ese día. “Nosotros lo desconocíamos así que lo desestimamos”, aseguró Mantovani, quien se enteró de la muerte de García Belsunce horas más tarde porque una vecina ingresó a la confitería y comentó del accidente que había tenido la socióloga.
El encargado señaló: “No sé cuántos días pasaron hasta que se supo que no fue un accidente sino un asesinato. Ahí recordamos con Miguel la frase y nos preguntamos, ¿si fue un accidente, por qué habló de asesinato?”.