La muerte de María del Carmen Rodríguez (37) tras realizarse una lipoescultura y una intervención para agrandarse busto y glúteos en un centro de estética del kilómetro 50 tuvo ayer un nuevo capítulo de sus últimas horas, contado por su hermana Alejandra (34).
Con una carta enviada a los medios, la familiar de la víctima, Mari como ella la llama, describió cómo fue el padecimiento de la vecina de Presidente Derqui y mamá de 4 hijos cuya autopsia develó que falleció por anoxia, que es la falta o disminución de oxígeno en los tejidos, originada por un “cuerpo extraño en las vías respiratorias”.
“Elegí contar todo esto con detalles porque queremos que se tome dimensión del horrible accionar por parte de todo el equipo de “Salud y Belleza” y particularmente de la Dra. Georgina Vidal Bianchi”, escribió Alejandra.
“Ese día (jueves 6 de febrero) María del Carmen llegó alrededor de las 10 de la mañana, acompañada por dos amigas, Gabriela y Yésica, quienes estuvieron con ella durante todo el proceso previo a la cirugía.”
“Ellas pidieron quedarse en el lugar para esperarla, pero se lo negaron. Pasadas 4 horas y al no recibir novedades, su amiga Gabriela le envía un mensaje de WhatsApp (14:16 hs.) a Graciela, la asistente de la Dra. Vidal, donde le pregunta si está todo bien y le contesta ‘Está todo bien, falta un rato’”.
“Sus amigas en ningún momento dejaron sola a María del Carmen, estuvieron fuera de la estética porque ellos no las dejaron ingresar, pero aguardaron siempre afuera”, agregó.
“Recién cerca de las 21:00 hs. las dejaron ingresar, al encontrarse con mi hermana, no la vieron del todo lúcida y notaron una respiración muy inusual (agitada), pero estimaron que era por el post operatorio y todo lo que eso conlleva. Luego ingresó su marido, que también la vio muy mal, y alrededor de las 22:00 hs. le dieron el alta”.
“Desde que salió del centro de estética ella no se sentía bien, no podía hablar, le costaba la movilidad de sus piernas y la respiración. En consultas previas la misma Dra. Bianchi le había dicho que iba a poder caminar y subir escaleras. La realidad fue que mi hermana no podía moverse de ningún modo. También le dijo que ella iba a querer descansar toda la noche, lo cual no fue así”.
Al día siguiente empeoró. “Gabriela se comunicaba con ellos todo el tiempo para comentarles el estado de mi hermana (vómitos, moretones, falta de habla, etc.) y la Dra. Bianchi catalogaba todo como normal y habitual”, describe.
“Aproximadamente a las 11 a.m. y al notar que ella seguía mal y que no respiraba, Gabriela se comunicó con Gladys (la asistente), que le contestó que era ‘un desmayo’, que era “normal”, y que la lleven a el centro estético. Nuevamente vomita y la suben automáticamente a la camioneta para dirigirse al lugar donde fue operada.”
“Desde ese momento nos envolvieron en puras mentiras, nos decían que todo estaba bien, cuando mi hermana ya agonizaba. En un momento gritaron ‘código rojo’ y pronto llegó la noticia del deceso de mi hermana”, sigue.
La autopsia reveló “anoxia de tejidos – cuerpo extraño en vía digestiva – anoxia tisular”.
“Esta carta es solo una pequeña parte del horror y dolor que pasamos por el desinterés total por la vida humana de una mujer que llevó adelante una cirugía con todas las falencias. Nos arrancaron una parte de nuestras vidas, pero vamos a seguir, vamos a agotar todos los recursos disponibles para que todos aquellos que sumaron a que esta negligencia suceda, PAGUEN! ¡Ninguna Mari más!”, cierra la carta.