A cuarenta y ocho años de la Masacre de Fátima
Por la Comisión por Memoria de la Masacre de Fátima
A cuarenta y ocho años de la Masacre de Fátima
Por Comisión por Memoria de la Masacre de Fátima
Hace hoy 48 años, una explosión sacudía a Fátima y los alrededores. Treinta militantes de la vida habían sido asesinados de un balazo en la cabeza de cada unx y depositados sobre una carga explosiva –que luego hicieron detonar- por un grupo de tareas de Coordinación Federal, el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio que funcionaba en la Capital, en dependencias de la Policía Federal, respondiendo a las órdenes de la última Dictadura que flageló nuestro país.
Como cada 20 de agosto, esta fecha nos reúne en este lugar para recordar este hecho, para conmemorar la Vida de estos treinta militantes que fueron sembrados en esta localidad, en un descampado de las afueras de Pilar. También nos encuentra esta fecha reunidxs acá para pedir Justicia y que se conozca la Verdad sobre este hecho ¿Qué identidad tienen las cinco personas que aún no fueron identificadas? ¿Qué familiares aún los están esperando? ¿Qué sueños estaban construyendo?
Como cada 20 de agosto, acá estamos celebrando la Memoria, exigiendo Verdad y Justicia. Por los/as 30 asesinados acá, pero también por los 30.000 detenidos y desaparecidos de nuestro país. Como cada año, nos encontramos acá para levantar las banderas de un mundo mejor para todos, que quienes hoy homenajeamos llevaron hasta las últimas consecuencias.
Hoy -48 años después- un nuevo estremecimiento sacude a nuestro pueblo: El retiro del Estado Nacional de lugares imprescindibles deja en la intemperie y en la más absoluta indefensión a miles de habitantes. Las cifras de personas sin trabajo siguen diariamente creciendo, igual que familias sin techo y sin cobertura de salud. La construcción de un país para todos dejó lugar a la crueldad, al desinterés por el otro y al individualismo como actitud política predominante. Tarifazos impagables, puestos de trabajo cerrados, aumentos desproporcionados en todos los rubros sacudieron y sacuden nuestras vidas cotidianamente. Incremento sin freno de la pobreza y la indigencia, abandono de las Universidades, de la educación, de los Hospitales, retiro de medicamentos para personas con enfermedades oncológicas y de campañas de prevención, desfinanciamiento de la ciencia, entrega de recursos naturales sin contraprestaciones.
Las miserias económicas arrastran y traen consigo miserias humanas. El crecimiento de políticas represivas va en aumento para poder sostener el saqueo al que estamos sometidos. El Poder Judicial, el poder mediático y el poder político están –en su gran mayoría- al servicio de la angurria de los sectores concentrados; que para poder sostenerse necesitan –al igual que hace 48 años- no sólo negar lo que hizo la última dictadura, sino reivindicar cada una de sus acciones.
Desde este lugar, en las afueras de Pilar, en Fátima, escenario de esta Masacre, denunciamos los más graves atropellos a los Derechos Humanos fundamentales que se están llevando adelante en nuestro país. Censura y hostigamiento a lo largo y ancho del país a quienes opinan diferente y cuestionan este modelo. Cárcel y ensañamiento a quienes reclaman ejerciendo su derecho. Un proyecto de indulto a ladrones, secuestradores, torturadores, violadores, secuestradores de niñxs y asesinos urdido en la oscuridad por personas que deberían defender la democracia por el sólo hecho de estar en su lugar por el voto de la gente. Hoy más que nunca tenemos que encontrarnos en la mirada del otro para reafirmar nuestra humanidad en tiempos de individualismo y virtualidad dañina.
Este 20 de agosto los invitamos a todas y todos a caminar desde la Escuela Secundaria Nº 9 de Fátima hasta el lugar de la masacre con un grito en la garganta “No nos han vencido No pasaran” Treinta mil desaparecidos presentes ahora y… siempre, ahora y siempre.