Sr. Director:
Sr. Director:
Querida Sonia: pasaron 17 años de tu muerte. Un asesinato tan cruel como difícil de entender. Sigo transitando el camino que empecé con vos. Sigo buscando el socialismo. Cada vez más convencida de que este sistema capitalista día a día le hace más daño a nuestra sociedad. A los tuyos, a los míos. A la naturaleza, horadando, esclavizando y matando a inocentes en pos de la ambición desmedida de unos pocos que va contra nuestros derechos sociales e individuales, llevándose puesto todo a su paso.
Hoy seguramente estarías junto a jubilados de izquierda reclamando y exigiendo por nuestros haberes. Hoy tan empobrecidos, por nuestros medicamentos y por una recomposición de las jubilaciones en general. Ya que dimos lo mejor de nuestros años productivos a nuestro país esperando al final de nuestros días obtener la dignidad merecida.
Amiga y compañera Sonía, diste lo mejor por otra clase de sociedad. Una más justa e integradora, desde la escuela pública al medioambiente. Pasando por la salud pública y las políticas locales. Para que los verdaderos beneficiarios fueran los trabajadores y sus familias.
Hemos luchado juntas con lo que ello implica (esperamos el tren juntas, compartimos mates, charlas, sonrisas, broncas, corridas, complicidades. Te cuento que nos sentimos orgullosos de la semilla que nos dejaste, Nati está cada vez más comprometida con la vida. Y con tus mismas causas, con la misma disciplina y coraje que vos, yo sé que las ves a tus chicas, tus hermosas hijas, y me sonrío porque sé lo orgullosa que estas de las tres.
Tus nietos son personitas maravillosas y tu compañero Antonio siempre cuidando de tu familia, siguiendo por el mismo surco, como vos querías o imaginabas, solidarios y comprometidos.
Te extrañamos y al recordarte cada año también nos asola un poco de bronca por lo injusto de tu muerte. Por la gran pérdida que sufrimos. Hoy nuevamente te cuento que con un gobierno de derecha, como el actual de Milei, nos juntamos más seguido a enfrentar los ajustes injustos que recibe nuestra clase. Y a pesar de que el mundo da muestras suficientes para organizarse hacia un socialismo, las conciencias no están lo suficiente maduras para enfrentarlo. Y así, pueblos enteros permiten que los patrones los sigan atropellando.
Juntas pasamos el Argentinazo, te vi desarrollar uno de los primeros merenderos y vos lo hiciste en tu hogar. Te vi luchar hacia el final por los pibes de Cromañón, me enseñaste a luchar. Me compartiste valores y la riqueza de tu dignidad. Vuelvo a decir, lo que más extraño de vos es tu sonrisa, esa sonrisa que derribaba inseguridades y te vestía de honor y compromiso.
Tus compañeros te seguimos recordando con el amor hacia vos y tu causa, intactos. Querida Sonia, nunca te vamos a olvidar. En cada lucha vos siempre estás y con un mundo socialista vivirás.
Marcela Leguizamón.